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La mariquita de azúcar

La mariquita de azúcar
photo_camera La mariquita de azúcar

Nunca me cansaré de dar a conocer las maravillas de mi tierra. No solo su paisaje y gastronomía, sino también a gente emprendedora, que arriesga en los momentos más complicados y camina contra las dificultades para abrirse un hueco con propuestas diferentes e innovadoras.

La gallega Yolanda Bóveda creó #lamariquitadeazucar en momentos adversos, pero era su pasión dar a conocer sus mermeladas saludables, sin conservantes ni colorantes, en las que conjuga con maestría e imaginación sabores que parece impensable que puedan maridar bien.

Cada día me convenzo más que, de los momentos delicados, siempre se extraen las mejores enseñanzas. La crisis, que llevamos tiempo arrastrando, unida ahora a esta situación de pandemia que no parece tener fin, ha activado la mente de todos. La creatividad se crece ante la adversidad como los toros bravos ante el castigo. Lo venimos comprobando en el cine, por ejemplo, donde los guionistas han escrito historias realmente sobresalientes o en la gente de nuestro entorno, que se las ha ideado para inventar una salida ventajosa a su situación.

He contado, en otras ocasiones, que iniciativas de valientes emprendedores que han encontrado un incentivo, económico y también emocional, en esas aventuras que se han convertido -a veces- en un alentador plan B. El abanico de posibilidades, que ofrece la gastronomía o la repostería, se ha convertido en la elección preferencial. Todos nacieron con la ilusión de hacerse un hueco en el mercado y aumentaron su fama al amparo de las redes sociales.

Los productos gourmet de #LaMariquitaDeAzúcar me devuelven a mis orígenes. Yolanda y David son un matrimonio gallego, residente en Villagarcía de Arosa. Les conocí en una cena en #Novavila, mi casita rural de cabecera, situada a escasos diez minutos de Pontevedra. Alrededor de una mesa con delicias de la tierra, organizada por su 'alma mater', José Luis Vilanova, me contaron su aventura. Lo que empezó siendo un juego, por su amor a la repostería, se ha convertido en una alternativa profesional que le está proporcionando grandes satisfacciones, a base de mucha lucha y esfuerzo.

El diminuto y colorista animalito, muy extendido en Galicia, es el protagonista de toda una colección de mermeladas, chocolates y turrones artesanales.Su filosofía es el trabajo bien hecho. Su proceso comienza con una minuciosa selección de los productos caseros con los que trabajan y termina con el toque especial de la casa. Su elaborada elección de mermeladas es una auténtica delicatessen: piquillo braseado, moras silvestres, fresones con hierbabuena a la pimienta rosa, naranja amarga con chocolate, piña con mango y ron, melón con jengibre al cava, kiwi, mandarina, tomate rojo y calabaza con nueces. Todas ellas envasadas al vacío (duran 1 año sin abrir) y presentadas en frascos de cristal, con su cucharita de madera individual y las mariquitas adhesivas, como sello indiscutible de la casa.

La de Albariño ha sido una de sus grandes aportaciones. Dos años les ha costado conseguir esta mermelada en su perfección. David es el encargado de seleccionar las uvas una a una y Yolanda la artífice de lograr un sabor exquisito, que engrandece la calidad de ese producto gallego. A ella, en los últimos meses, se han unido las premiadas internacionalmente de melocotón, chocolate blanco y Armagnac, así como la de camelia y espumoso de Albariño. Son productos que responden, con creces, al conocido lema de #GaliciaCalidade. Apoyemos lo nuestro.

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