Pasarón cumple sus primeros 100 años de historia

El 16 de febrero de 1919 el Pontevedra Athletic y el Real Coruña disputaron el primer encuentro en la historia del campo del barrio de O Burgo, que durante tres décadas fue el recinto polideportivo por excelencia de la ciudad del Lérez

Partido entre el Real Madrid y el Pontevedra disputado en Pasarón en la década de los 60. ADP
photo_camera Partido entre el Real Madrid y el Pontevedra disputado en Pasarón en la década de los 60. ADP

Hay lugares en una ciudad que se transforman en un símbolo, que provocan que las ciudades sean conocidas en el mundo por ese emplazamiento. Lugares que acaparan los sentimientos de generaciones. Lugares en los que se hacen realidad los sueños y que también son escenarios de fracasos.

El deporte hace que muchos de sus escenarios tengan un lugar especial en la vida de muchas personas. Uno de esos sitios es el estadio de Pasarón, que el pasado sábado (día 16) cumplió sus primeros cien años de vida. Nada, absolutamente nada, queda de aquel viejo campo que tenía una pequeña grada y que fue inaugurado con un encuentro entre el Pontevedra Athletic y el Real Coruña, tal como relata Leoncio Feijoo Lamas en el libro Albores del fútbol pontevedrés.

Hasta la publicación de ese volumen se desconocía la fecha exacta de la inauguración de un campo que nació como recinto polideportivo y que a principios de 1950 acabó siendo usado exclusivamente por el fútbol. Hasta 2017 no existía documento alguno que fechara con exactitud la apertura del estadio del barrio de O Burgo. Siempre se databa en el primer lustro de la década de los años veinte del siglo pasado.

Aquel partido no solo fue el estreno de Pasarón sino el primer primer match de foot-ball –era así como se denominaban– oficial del primer club grande de este deporte de la ciudad del Lérez, un Pontevedra Athletic que nació unos meses antes, después de unas largas conversaciones que concluyeron con la fusión del Pontevedra Sporting Club y el Deportivo FC, que hasta ese momento jugaban sus encuentros en el campo del Pazo de Campolongo.

Cuando nace el club –el color de sus camisetas inspiró al Lanús argentino–, la intención de sus dirigentes es que dispute sus encuentros en el campo que la familia Paz Andrade estaba construyendo en el barrio de O Burgo. El debut se produce meses antes en Vilagarcía ante el Alfonso XIII –no confundir con el Alfonso, que junto al Eiriña propicia el nacimiento del Pontevedra CF–. Un amistoso previo a la inscripción del club en el Campeonato Gallego en el que toma parte junto a dos equipos coruñeses, el Real Coruña y el Real Deportivo, y dos olívicos, el Real Fortuna y el Real Vigo Sporting.

El terreno de juego –tenía un pronunciado desnivel– del nuevo campo entra en funcionamiento a finales del mes de diciembre de 1918 tras unas laboriosas obras, según explica Leoncio Feijoo en su libro, pero no es hasta el 16 de febrero de 1919 cuando se disputa el primer partido, tal como queda patente en Diario de Pontevedra, en una noticia en la que el cronista elogia el estreno con un elocuente: "Campo nuevo, vida nueva". En su relato narra que "anteayer hemos presenciado el partido más emocionante que se celebró en Pontevedra en mucho tiempo".

Arís, Bamonde, Torres, Vega, Celestino Rey, Hermida, Gustavo Losada, Rey, Carlitos, Lachita y Moya fueron los primeros pontevedreses en estrenar el nuevo campo. Conformaron el equipo titular –en aquella época no había sustituciones– que se midió al Real Coruña. Gustavo Losada Amor está en los anales de la historia por ser el primero en marcar un gol oficial en un campo que cien años después sigue acaparando la atención de los pontevedreses.

El dato. De propiedad municipal desde 1960
El primer dueño de Pasarón fue el señor Paz Andrade, hasta que en 1960 el campo se convierte en municipal al ser adquirido por el Ayuntamiento por no tener el Pontevedra CF recursos necesarios. El coste de la operación alcanza un millón novecientas mil pesetas.

En 1965 el Pontevedra acordó con el Ayuntamiento la compra del campo. Estaba todo decidido, pero el Ministerio de Gobernación lo prohibió al ser ya una instalación municipal y debido a que por las leyes de aquel entonces no podía ser adquirido por una entidad privada, aunque fuera deportiva. El club granate perdió la oportunidad de tener un campo propio.


LAS OVEJAS. El primer acontecimiento deportivo que acogió Pasarón fue un partido de fútbol, pero en sus dos décadas iniciales de existencia el atletismo (la instalación contaba con unas pistas de ceniza) y también el balonmano a once fueron los que acapararon mayoritariamente la atención del nuevo recinto, ya que por aquel entonces el campo de fútbol por excelencia era el del Progreso, en el que el Eiriña vivía sus tardes de gloria.

El primer club en arrendar Pasarón fue la propia Sociedad Gimnástica. El contrato tenía una duración de diez años, pero a finales de 1935, al no poder afrontar la cuota, la entidad rescindió el citado contrato.

Pasarón acogió seis Campeonatos de Galicia –el de 1941 estuvo interrumpido durante más de una hora por culpa de la presencia de unas ovejas en la pista– absolutos de atletismo. El primero de ellos en 1928 (lo ganó la Gimnástica). Esta competición nació en 1916, pero en los años 19, 20, 22, 23 y 26 no se llegó a disputar. El celebrado en la ciudad del Lérez sirvió para recuperarlo.

Ese mismo año se llevó a cabo una de las primeras competiciones organizadas por la Gimnástica. Fue el 22 de abril de 1928. Fue un campeonato social en el que los participantes tuvieron que pasar un examen previo y eliminatorio, para darle mayor realce al evento. En 1929 se desarrolló un encuentro internacional entre la Sociedad Gimnástica y un equipo de la armada inglesa que por aquellos tiempos estaba amarrado en el puerto de Vilagarcía.

A principios de los años 30 (la Gimnástica era el equipo más potente de toda la comunidad y era muy conocido a nivel estatal ya que contaba con atletas campeones nacionales) se disputó otro encuentro internacional entre la Gimnástica y el Oporto. Además, todos los domingos por la mañana se realizaban exhibiciones de gimnasia o atletismo para todos.

Pasarón también pasó a la historia por ser escenario de balonmano a once, especialmente por los primeros encuentros de la Sociedad Deportiva Teucro.

El clímax llega en la temporada 47-48, en concreto en primavera, cuando los duelos que hasta aquel momento eran locales y, como mucho, provinciales, se transforman en nacionales. Nadie apuesta por el Teucro cuando comienza a disputar el Campeonato de España hasta que, en los octavos de final, supera en el estadio de Pasarón al Valladolid. Un triunfo que cambia la dinámica y hace que todos comiencen a prestar atención.

La magnífica trayectoria descrita por el conjunto teucrista hizo que la Federación Española le concediese la organización de la fase final nacional, en la que además del propio Teucro también participaban el Seu de Barcelona, el Barcelona CF (que finalmente no acudió) y la Real Sociedad de San Sebastián, que fue el rival del equipo pontevedrés en semifinales.

Pasarón registró un ambiente increíble el día de la semifinal, el sábado 29 de junio, para ser testigo de un encuentro apasionante en el que el Teucro tuvo muy cerca la posibilidad de jugar la final.

Posteriormente el Frente de Juventudes (entidad de la que dependía el club) arrendó Pasarón e incluso estuvo a punto de comprarlo. Desde Madrid le habían dado la autorización oportuna, pero finalmente surgió la posibilidad de adquirir el Pazo de Campolongo, por lo que dijo no a Pasarón.

El Frente de Juventudes alquiló Pasarón al Pontevedra Club de Fútbol, al que le interesaba el acuerdo porque el precio que le ofrecía esta entidad era más bajo que el del propietario.

AMBIENTE. El primer lleno histórico que registró Pasarón fue en el encuentro ante el Celta en la temporada (60-61) de estreno del Pontevedra en Segunda División. Hasta el punto de que, minutos antes del final del partido y cuando los celestes estaban realizando un peligroso ataque, algunas vallas de la grada Norte cedieron y centenares de aficionados invadieron por accidente el terreno de juego, contabilizándose alrededor de 70 lesionados, todos ellos, afortunadamente, de poca consideración.

Era el comienzo de la década prodigiosa del Pontevedra. Cada encuentro en Pasarón era una fiesta. El campo registraba lleno tras lleno a la vez que iba adaptándose a las circunstancias.

El estadio, que fue moldeándose en los años sesenta del siglo XX, llegó a su final cuando el 3 de noviembre de 2008 se derribó su último vestigio, la grada de Preferencia.

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