COMO UNA ola, el calor ha vuelto a la vida de los pontevedreses. De todos sin excepción; expresidentes del gobierno incluidos. Tanto es así que el popular Mariano Rajoy ha sido avistado en una de las playas de la provincia. En esta ocasión, algo más lejos de su zona de confort, cambiando su itinerario de veraneo habitual de Ribadumia y Sanxenxo, por el chiringuito de Mourisca.
Desde la redacción esperamos que esta haya sido una experiencia más refrescante que la ofrecida en veranos anteriores por el Congreso de los Diputados. Ya saben, "it’s very difficult todo aquello". Por suerte para el que fue presidente, atrás quedan sus tiempos como líder y experto orador, ahora puede disfrutar y relajarse, Estrella Galicia en mano, cerca de aguas amigas.
SOLIDARIDAD. En el extremo opuesto, hay quienes prefieren rellenar su tiempo libre con planes más moviditos. Este es el caso de Víctor Loira, un ciclista afectado por la enfermedad de Crohn (patología inflamatoria intestinal) que ayer abandonó Pontevedra y completó con éxito la primera etapa de un viaje que fija entre sus objetivos visibilizar y sensibilizar acerca de esta dolencia. Del mismo modo, la aventura busca recaudar fondos para el proyecto de ayuda psicológica Asiéntate.
El recorrido total contempla 1.320 kilómetros repartidos en nueve fases en patín y ocho en bicicleta, con parada final en la sede de la Consellería de Sanidade, en Santiago de Compostela, el martes 4 de septiembre.
En lo que respecta a la compaginación de bici y patín, el corredor ha asegurado que la combinación de ambos favorece al descanso de su zona abdominal y que de lo contrario, supondría un desgaste para su salud "muy grande".
Víctor Loira ha admitido a su llegada a la Praza Maior de Ourense, tras ser recibido por el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez Abad, que la iniciativa le apetecía "a nivel personal" tanto a él como a su hija y a su mujer.
Sin duda, la acción del ciclista es digna de aplauso y por ello, en el Diario le deseamos lo mejor.
