A Barca vuelve a quedarse a oscuras. El motivo es el robo de casi todas las luminarias que la empresa encargada de la reforma del puente instaló el sábado para dar servicio a las personas que cruzan el viaducto que une los concellos de Poio y Pontevedra.
Los focos apenas duraron unas horas. Durante la madrugada ya había sido sustraidos, lo que obligó a muchos usuarios provenientes de la zona de marcha de Pontevedra a usar sus teléfonos móviles como improvisadas linternas.
La colocación de las lámparas, que estaban situadas en la marquesina de madera, costó unos 2.000 euros.
La concesionaria de las obras ha puesto el asunto en conocimiento de la Xunta, que es la Administración que impulsa esta actuación de mejora de A Barca. En paralelo, Civis Global presentará la correspondiente denuncia ante la Policía, según han confirmado a Diario de Pontevedra responsables de la Consellería de Infraestruturas.