Opinión

Todo va a salir bien

SÉ QUE muchos lectores de este periódico sienten una profunda angustia ante las noticias que leen todos los días en la prensa o en la televisión. Millones de personas han perdido sus empleos. La tasa de desempleo juvenil en nuestro país alcanza a más del 40% de los jóvenes. Los negocios de hostelería han tenido que cerrar y los comercios contemplan la disminución de sus ingresos cada mes. La deuda externa del país crece a un ritmo exponencial y desenfrenado, lo que supondrá que nuestros impuestos en lugar de orientarse a las políticas públicas necesarias, irán destinados al pago de esa deuda con intereses. Todos estamos preocupados, como es natural. Aquellos que trabajan tienen miedo a perder su empleo y quienes buscan trabajo tienen miedo a no encontrarlo. La mitad de los jóvenes de este país no trabaja. Los abuelos que han luchado toda su vida, observan una realidad espantosa, en la cual no pueden ver a sus nietos o a sus familias más cercanas. La gente se despierta por la mañana, toma café, contempla las noticias y la sensación que produce es muy similar al cuadro del grito de Munch. Por si fuera poco, aquí en Galicia, tierra de los mil ríos, el tiempo no acompaña. A la narrativa que vivimos se le une un escenario plomizo, húmedo y gris, propio de un invierno que parece eterno. Uno de los cuentos cortos más famosos lo escribió el guatemalteco Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Parafraseándolo, podríamos decir que cuando llegó el 2021, el 2020 todavía estaba allí. Es esa sensación de vivir en un bucle temporal. Crees que el miedo desaparecerá al despertar, pero no. Su sombra sigue proyectándose. Hasta aquí el vaso medio vacío. Para mirar el vaso medio lleno hagamos un salto temporal en el espacio-tiempo que nos regale el sabio elixir de la perspectiva. Ahora estamos en Agosto de 2021. Más del 75% de la población ha sido vacunada y el índice de contagios ha descendido en picado. El uso de la mascarilla ha dejado de ser obligatorio. Los países de todo el mundo abren completamente sus fronteras y estalla un boom masivo del turismo que revitaliza todo el sector hostelero y comercial. Las calles comienzan a reventar de gente cuyas ganas de viajar llevaban demasiado tiempo en espera. Tu negocio vuelve a funcionar con normalidad. Mejor incluso que antes. La economía empujada por el acelerón del turismo internacional provoca el crecimiento del PIB en un 3% y según la encuesta de población activa un millón de personas se han incorporado al mercado laboral.

Los abuelos vuelven a disfrutar plenamente de sus nietos y los abrazos, esos que tuvimos que evitar, ahora se sienten con más fuerza y energía. Atrás queda la pesadilla. Es verano. 30 grados de temperatura. Tumbado sobre la arena de tu playa favorita comenzarás a despertarte de una profunda siesta. Escuchas las olas del mar batir sobre la orilla. Escuchas las risas de los niños jugando. Escuchas las gaviotas. Una voz te susurra al oído: "Que, ¿tomamos una caña en el chiringuito y luego vamos a un furancho a cenar?". El dinosaurio ha desaparecido. Todo va a salir bien.

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