Galicia es tierra de contrastes en lo que se refiere a alquileres vacacionales. Y este año más que nunca, ya que la pandemia, con el auge de la demanda turística nacional, ha disparado los precios de los arrendamientos en las áreas tradicionalmente más caras, mientras que en otras no varían.
Así, se constata un alza en A Toxa y Sanxenxo, consideradas por la agencia de tasaciones inmobiliarias Tecnitasa las "zonas más exclusivas del norte de la Península". No en vano, en la isla grovense un piso de 90 metros cuadrados se cotiza en 2.000 euros semanales, mientras que en la perla de O Salnés se pagan 1.600 por siete días.
No están muy alejadas en precio estas dos localidades gallegas de los principales epicentros nacionales del turismo de alto standing. El destino más caro es Punta Prima en Menorca —2.800 euros a la semana—, seguido de Puerto Banús —2.600— y el casco urbano de Ibiza —2.200—. A continuación se sitúa ya A Toxa —cuyos elevados alquileres se explican en parte por la escasa urbanización de la isla—, superando a Marbella, donde se desembolsan 1.750 euros semanales por un apartamento.
En el otro lado de la balanza, entre las zonas más baratas de toda España, se encuentran también dos localidades gallegas: Burela y O Vicedo, donde se puede alquilar un apartamento de 60 metros cuadrados por 200 o 250 euros semanales, respectivamente, un precio irrisorio para un enclave tan privilegiado como es A Mariña.
