Opinión

Gracias, Koeman

EL CESE DE KOEMAN es una de esas necrológicas hechas que solo están pendientes de publicación. Lo difícil hubiera sido sobrevivir en un vestuario que pierde a Messi para ganar a Luuk de Jong, Memphis Depay o Eric García. Sus apellidos se parecen mucho, en la onomástica culé, a los de Saviola, Christanval o Rochemback, que hace ahora veinte años, en la temporada 2001-2002, apagaron a una afición que había visto la luz una década antes bajo los focos de Wembley, iluminada por el tiro de falta de un héroe llamado Koeman, cuando aún no habían nacido los niñatos que patearon su coche tras el pasado clásico. Los barcelonistas seguiremos dando las gracias al ‘tulipán’ por ese fogonazo que cambió el destino del club y añorando 1992, aunque sabemos que 2022 será más parecido a 2002. Por juego y apellidos.

Comentarios