Los periodistas sabemos que tipos como Caneda son una mina y por eso aprovechamos cualquier excusa para entrevistarlos. Da igual si llevan 25 años retirados, que siempre van a dar juego. Del expresidente del Compos se decía en los 90 que no se mordía la lengua. Ahora es un nostálgico que dispara una perla tras otra, todas salpicadas de un peculiar humor que acaba por difuminar fantasía y realidad, que seguro que la hay, y mucha, en sus anécdotas mafiosas del fútbol noventero. De esas dejó unas cuantas en su última aparición mediática, aunque todos nos quedamos con que solo ve "partidos del Madrid y películas porno". Es el riesgo de ser devorado por su personaje, el mismo que en Santiago nos llevó de los barrizales de Tercera a las catedrales del fútbol. Aunque el hito se disipe entre Giles, maletines y árbitros comprados.
