Opinión

Cominges, el arquitecto de la Escuela Naval

COINCIDIENDO CON los actos conmemorativos del 75 aniversario de la llegada a Marín de la ENM anunciados para los próximos días 1 al 3 de junio, vuelvo con una segunda entrega de la historia de su construcción dedicada, en esta ocasión, a "Antonio Cominges Tapias (Vigo 1897-1987), al que se considera el auténtico padre de la Escuela por haber sido el autor del primer anteproyecto de la misma" según nos describe Gonzalo Villar Rodríguez (La Escuela Naval Militar. Ed. Ministerio de Defensa en 2016).

La historiografía consultada nos da cuenta de que después de que el Ministerio del Ejército aprobase en 1938 que Marín sería el lugar de asentamiento de la nueva Escuela Naval, al haberse acordado ser trasladada ésta de su emplazamiento en San Fernando, se constituyó una comisión presidida por Nieto Antúnez para estudiar la adaptación de los terrenos que ocupaba el polígono de Tiro Jaime Janer tomando como base el anteproyecto realizado por Cominges Tapias en cuya memoria se contemplaban unas obras que satisfacían las necesidades derivadas de la formación de hasta 500 alumnos y una dotación de 400 personas. Existe otra versión sobre el primer encargo que se hizo del anteproyecto atribuyéndoselo a otro arquitecto, en este caso, y según nos dice Rafael L. Torre (articulo de prensa de 27.7.2013) fue encomendado al urbanista madrileño Casto Fernández Shaw (1896-1978) quien "por motivos inexcusables no pudo hacerlo recayendo el encargo en Cominges". La verdad es que no fue al reconocido arquitecto vigués a quien se le encargó la redacción del documento definitivo ya que se eligió el presentado posteriormente por Jaime Santomá Casamor, capitán de ingenieros de la Armada. "Aunque nunca se supieron las causas del cambio éste pudo deberse a consideraciones económicas". 

Los trabajos comienzan en 1939 bajo la supervisión de la Comisión Inspectora de las Obras presidida por Félix Bastarreche; y como si por cuestiones del destino fuese a los siete meses de iniciadas, concretamente el 29 de diciembre del aquel año, fallece Santomá al caerse de un andamio mientras inspeccionaba los edificios en construcción. Ante el trágico acontecimiento la dirección de la faraónica obra pasa al mencionado Cominges que retoma su anteproyecto haciendo algunos cambios con arreglo a su idea de como debería concebirse arquitectónicamente la ENM. La construcción finaliza en 1943 iniciándose la apertura del primer curso el 20 de julio de aquel mismo año aunque la inauguración oficial no tendría lugar hasta el 15 de agosto. Años después se completarían los edificios en una segunda fase. Incluso en 1975 se realizó una pequeña ampliación dirigida por Antonio Cominges hijo, quien llegó a decir: "Mi padre le dio a la EN una impronta más gallega". La ENM de Marín es la obra que inmortalizó arquitectónicamente a Antonio Cominges Tapias y ésta sigue siendo admirada 75 años después de terminada "por la gran influencia de la arquitectura tradicional, que combina magistralmente con composiciones clasicistas que se aparta del racionalismo imperante en los años en que se gesta el proyecto de la Escuela...".

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