Opinión

De nuevo el ascensor para el Museo

ME LLAMARÁN pesado por mi insistencia en pedir que se dote al Museo M. Torres de un ascensor que permita el acceso al mismo a las personas con déficit de mobilidad como es obligado por ley. El uso del museo por parte de numerosas entidades socioculturales es una constante y constante es (valga la redundancia) ver como personas impedidas se ven privadas del disfrute de las actividades que allí se desarrollan por falta medios que lo hagan posible. La reivindicación de dicha instalación saltó a la opinión pública a través Club de Opinión Portocelo en 2015 (han transcurrido dos años) primero por medio de recogida de más de 200 firmas en el change.org y después con la presentación de un escrito dirigido a la alcaldía –apoyado por diversos colectivos culturales y de Cogami– con envío de copia a todos los grupos de la oposición para su debate plenario como así ocurrió. Recordar que tan solo Marea Marín se interesó por el tema obteniendo como respuesta: “se colocará cuando haya disponibilidad para hacerlo”. Bien es verdad que por parte del grupo de gobierno se realizaron estudios sobre cómo y de qué manera colocar el elevador e incluso llegaron a consignar en los dos últimos presupuestos municipales una partida económica para costear su instalación. Pero desde entonces hasta la fecha nada de lo pedido se ha conseguido y el Museo Manuel Torres sigue sin ascensor y las personas con discapacidad siguen viéndose privadas de poder visitar el museo y/o participar en los eventos que allí se celebran.

En la actualidad la situación no ha variado. Seguimos en las mismas, aunque hay una última noticia que por su contenido nos sorprende y que parece ser es lo que está dificultando la instalación del tan demandado ascensor. En uno de los plenos celebrado recientemente Marea Marín vuelve a la carga con el tema y a través de la alcaldesa se le responde que “expuesto el proyecto para su conformidad a la Comunidad de Propietarios del edificio encontramos como respuesta que se les facilitase por escrito el compromiso de asumir por parte del Concello una serie de mejoras en la fachada y a cambio se autorizaría la instalación del ascensor”. Y concluye en que “se analizará desde el punto de vista técnico la posibilidad de llegar a algún acuerdo con la comunidad de propietarios”. A mí esto me parece como una coacción, porque no se entiende que los propietarios exijan unas mejoras en el inmueble a cambio de la autorización, excepto que en la colocación del aparato se dañe la fachada, cosa que no se especifica en la respuesta obtenida en el pleno.

La cosa va para largo, con el perjuicio que supone prolongar la demandada colocación del ascensor, lo cual va en contra de la obligación que las administraciones tienen de facilitar el acceso a toda edificación a las personas discapacitadas evitando los obstáculos que lo impidan.

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