Literal, como dirían los jóvenes de hoy en día, el de ayer fue un domingo sobre ruedas. Me explico (ya sin echar mano de expresiones de la generación Z como tipo o en plan, que una ya no está para eso), la agenda de ocio dominical estuvo marcada por la presencia de diferentes vehículos en la Boa Vila. Por una parte, en la Praza de España se celebró la quinta edición de la concentración de automóviles históricos Cidade de Pontevedra, en la que se pudieron ver decenas de turismos con mucha historia en sus motores.
Entre los muchos visitantes que recibió la muestra, estuvo la concejala de Promoción da Cidade, Anabel Gulías, que recogió para el Concello un regalo de manos del Club AVA: la réplica de un Buick antiguo en miniatura. Una auténtica monada que ya quisiera yo a tamaño real. Sí, no se sorprendan, a mí me encantan los coches bonitos.
Pero a lo que iba, otro de los vehículos que se dejó ver en la ciudad fue una de las foodtrucks de la campaña Galicia sabe a mar, ya saben, la iniciativa impulsada por la Consellería do Mar para promocionar los productos de pesca y marisqueo, así como la gastronomía gallega, por cuatro rutas xacobeas hasta llegar a 260 ayuntamientos de toda España. Este domingo en Pontevedra, donde ya había recalado el pasado marzo, la foodtruck aparcó en la Praza de Ourense y fueron muchos los que se animaron a probar los deliciosos petiscos que, siendo gratis, saben todavía mejor.
Y en la Praza de Ourense también estacionó este domingo otra furgoneta, en esta ocasión la que en el marco de la programación de Galicia Ilusiona ofreció de forma gratuita funciones de magia de veinte minutos, con veinte plazas en cada uno, a lo largo de toda la jornada. El evento ha sido el preludio del festival de ilusionismo Galicia Ilusiona, que se celebrará en la sede de Afundación de Pontevedra el 14 de octubre. Este festival, que va por su segunda edición, es una iniciativa creada por los jóvenes ilusionistas Pedro Bugarín y Dani Polo, y cuenta con el apoyo institucional del Xacobeo y Xunta de Galicia.
