Menuda semana llevamos. Entre el frío que nos está dejando tiesos y las cifras de la covid-19 que nos pone los pelos de punta dan ganas de meterse en casa debajo de una manta y no salir en unos cuantos días. Se me ocurren algunos libros para devorar este fin de semana y que se nos haga más llevador. Yo les recomiendo que no dejen de leer Velloucas e minchas, premio María Victoria Moreno, escrito por la pontevedresa Lorena Conde, o A lavandeira de San Simón, de Eva Mejuto; o Irmá Paxaro, de Tamara Andrés, para los que prefieran el calor de unos versos. Solo son tres ejemplos de la calidad literaria que tenemos sin salir de casa.
La verdad es que estoy un poco triste porque me han contado que se han ido del Pazo da Cultura unos amigos que llevaban nada menos que veinte años haciendo felices a los niños y niñas de Pontevedra (y ya de paso a sus padres y madres, claro). Me refiero a María Campos y Carlos Yus, de Migallas Teatro, impulsores de los talleres de A procura do tesouro. Han vaciado las instalaciones del Pazo de todos los materiales con los que habían trabajado, muchos de ellos elaborados por los niños participantes de la actividad y sé que para ellos ha sido muy duro cargar las furgonetas con el trabajo de todo este tiempo. Seguro que nos los volvemos a encontrar subidos a un escenario cantando las canciones de Pan de millo o con el espectáculo Canta connosco o con un cuentacuentos o una obra de teatro divertida. Ojalá los talleres del Pazo vuelvan pronto porque sé de muchos pontevedreses que echarán de menos las travesuras del pirata Escarapote y todos sus amigos. Desde aquí les enviamos un abrazo enorme y les esperamos muy pronto.
CIENTÍFICAS. No quiero despedirme sin felicitar a la científica de Agolada Marisol Soengas que estuvo de cumpleaños el pasado jueves. La directora del grupo de Melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) es una de nuestras científicas más reconocidas y en estos tiempos en los que se ha demostrado el valor de la ciencia y la investigación más que nunca conviene no perder de vista a nuestras referentes. ¿Por cierto, ya conocen la campaña No más Matildas? Seguro que se han encontrado con ella en las redes. Impulsada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, tiene por objetivo dar visibilidad a las científicas que a lo largo de la historia han quedado relegadas a un segundo plano y cuyos descubrimientos han permanecido silenciados. Precisamente, esta iniciativa debe su nombre a Matilda Joslyn Gage, activista y la primera en denunciar esta situación. Tomamos buena nota.
