Opinión

La cosa va de edades

Francisco Vilariño. PATRI FIGUEIRAS
photo_camera Francisco Vilariño. PATRI FIGUEIRAS

ILUSA DE mí, creí que me había deshecho del edredón hasta el próximo invierno y he tenido que volver a rescatarlo del armario. Y me acuerdo de Lalín, que hace días que ha guardado sus simpáticos cerditos de colores. Los ha sacado de las calles, pero siguen en los pucheros, puesto que el cocido no ha desaparecido de las cartas de los restaurantes y bien que sienta en días como estos en los que el frío y la lluvia vuelven a acompañarnos.

No sé si con cocido, o con otro plato, ha festejado el concejal de Turismo de Lalín, Francisco Vilariño, su cumpleaños. El pasado lunes le tocó soplar 44 velas y recibió, agradecido, las numerosas felicitaciones que le transmitieron personalmente y en las redes sociales. En estas últimas admitía el día de su aniversario envejecer mejor en medio de tantas muestras de cariño a las que, desde aquí, por supuesto, me sumo. ¡Y de envejecer, nada! ¡Si cada día que pasa se le ve más apuesto! Será que la actividad frenética que lleva en el Concello le aporta un chute de energía extra. Que si jornadas gastronómicas, que si conciertos, que si campañas de promoción turística… y eso sin olvidar la cartera de Obra que coordina… Y la campaña electoral, claro. Si es que no queda otra que estar en forma, física y mental. El reto de las urnas será una prueba de fuego.

Hablando de celebraciones, y de apuestos, también el alcalde de A Estrada, José López Campos, participó el pasado fin de semana en un festejo. No era su cumpleaños, pero la cosa también iba de edad. Acudió al encuentro anual con los mayores y allí se le vio la mar de hablador y cariñoso con todos ellos, especialmente con el asistente y la asistente más longevos, de 90 y 94 años, a los que entregó un regalo. Allí estuvo también mi queridísimo humorista Isi, al que hace tiempo que no veo en perssona, pero sí siguo a través de la tele, ¡ojo!. Me cuentan que en el encuentro con los mayores demostró que sigue siendo un artista, que no defraudó con sus ocurrencias y que arrancó sonrisas a destajo. Si es que, en su tierra, A Estrada, no podía pasar por menos.

Quien tuvo ocasión este martes de recordar sus tiempos mozos fue el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien, en su visita a la empresa Frigoríficos Bandeira, en Silleda, se topó con una excompañera de facultad: la directora de la propia firma, Isabel Martínez que, como Rueda, es de Pontevedra. Lo curioso es que él no la reconoció. Fue ella quien, micro mediante, ante los compañeros de prensa, se lo recordó, para sorpresa del vicepresidente. Rueda le pidió que luego le diese más detalles. La conversación, quedó para ellos, que ya se sabe, esto, como en Las Vegas: lo que se hace en la etapa de estudiante ahí se queda.

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