El gran evento organizado ayer por nuestro querido Abel Caballero, alcalde de la ciudad de los once millones de luces led, sirvió para adelantar oficiosamente el inicio de la Navidad. Me parece una excelente estrategia de marketing. El político socialista, con sus ideas y también con sus excentricidades, ha conseguido poner a la ciudad del Sur de la provincia de Pontevedra en el mapa. Sin embargo, no estoy tan convencida con esto de que la Navidad llegue cada año más pronto por una cuestión puramente comercial. Es cierto que todos tenemos que recuperarnos de esta crisis de la covid-19 que parece interminable, pero cada cosa a su tiempo. Por mi parte, voy a disfrutar esta semana del Black Friday, que es otra novedad para dinamizar las compras, y no será hasta el puente de diciembre cuando comience a pensar en Navidad y decore mi casa con esos adornos que cada año saco del baúl de los recuerdos. Bueno, siempre compro dos o tres cositas nuevas y jubilo otras, para adapatarse a las novedades. ¡Sabéis que no le pierdo el hilo a la moda!
Volviendo a las luces, y sin desmerecer en absoluto el éxito de Vigo y de su alcalde, que no para de atraer a visitantes de distintos puntos de Galicia y del resto de España, tengo que decir que a mí personalmente me gustaron mucho los planteamientos iniciados por Pontevedra el año pasado. Mi Lores y su equipo apostaron por aprovechar el casco histórico y sus virtudes para instalar un mercadillo navideño, al más puro estilo de lo que se hace en las capitales europeas con una mayor tradición en este sentido. Opatija, en Croacia, es, para la plataforma European Best Destinations, la villa con una mejor decoración navideña. En España, solo Málaga con su calle Larios y Madrid están en el top20. Praga, Londres, Lijublijana, Mónaco, Funchal o Tallin forman parte de ese selecto club.
Cambiando de tercio, tengo que avisar a quien no lo sepa que este fin de semana tendrá lugar en el Pazo da Cultura uno de mis eventos favoritos, el Culturgal, que por fin vuelve en su formato tradicional (salvo porque se mantienen las mascarillas obligatorias). Todo el trabajo de las industrias culturales gallegas volverá a plasmarse en la Boa Vila en un escenario de encuentro entre los distintos actores que operan en las cuatro provincias.
Siguiendo con Cultura, estos días me encontré con una agradable sorpresa cuando me disponía a leer ‘Volver a donde’, de Antonio Muñoz Molina. En una de las solapas en las que se destacan las reseñas acerca de la obra aparece la que firma nuestro querido Ramón Rozas, que explica que Molina "mira a la realidad como pocos". La mención sobre el volumen fue publicada en páginas de Diario de Pontevedra, tal y como se destaca en el libro.
