Este verano no solo está cumpliendo todas las expectativas que teníamos puestas sobre lo que iba a ser la nueva normalidad, sino que las está superando. No sé vosotros pero yo estoy encantada con esto de disfrutar de los conciertos sin pisarle los pies a nadie.
La música se ha convertido en la actividad predilecta de estas nuevas fiestas y la verdad es que tenemos infinidad de entre la que escoger, eso sí, siempre con prudencia queridos amigos. Aunque si me preguntáis siempre me gusta recurrir a unas de mis favoritas, De Vacas, que están a puntito de ser propuestas para una adopción simbólica en la provincia porque son las que más vamos a poder disfrutar este verano por la zona. Ellas mismas lo comentaron a través de sus redes sociales con una pequeña poesía en la que relatan algunos de los lugares en los que estuvieron. Yo desde luego no me pierdo ningún evento.
Tampoco me perdí el lunes el maravilloso concierto de mi querido Óscar Ibáñez & Tribo, que tocó en casa, bueno, o cerca de casa podríamos decir, porque aunque es de Poio, aquí en la Boa Vila le tenemos especial cariño.
No todo son buenas noticias me temo, el lunes también me enteré de que la tradicional reunión de los antiguos alumnos del colegio Minerva se ha cancelado. Su organizador, Gonzalo Soliño, comunicó la triste nueva y desde aquí quiero animarles porque después de 46 celebraciones que llevan, la del año que viene será épica.
