Opinión

Navidad, aunque sea así

Andrés Díaz, alcalde de Ponte Caldelas. ARCHIVO
photo_camera Andrés Díaz, alcalde de Ponte Caldelas. ARCHIVO

NAVIDAD, AUNQUE de pandemia. Podría ser el título de un alegato o de una novela, pero me temo que pueda ser el de las próximas fechas festivas.

Nuestra realidad es la que es y como sociedad entiendo que tendremos que acatar lo que toque, cuando llegue el día. ¿Y si nos dicen que no podremos...? Esa pregunta, acompañada de diferentes complementos directos, es la que se hacen, hoy en día, en casi todas las familias: reuniones, cenas, pinchos, centros comerciales, regalos, selfies, fiestas... ¿Qué será lo que esté libre de contagios y lo que no? Y ya no entro en preguntarme cuáles de esas cosas son la verdadera esencia de esas fiestas.

En todo caso, este prólogo me viene al pelo para hablarles de Carmen Cajide. La exdiputada socialista y activa miembro del PSOE en Cuntis que, al margen de su activismo por la igualdad, es una de las que están demostrando en redes sociales que hay elementos de la Navidad que no están en peligro ni con la pandemia. Uno de ellos es el árbol navideño, que ella compartió este lunes en sus redes sociales, y otro, más bonito aún, el concurso de iluminación que tienen en sus jardines los vecinos de su aldea, Cardecide, con el que ganan todos, al convertir su localidad en una de las más hermosas estampas de Cuntis en estas fechas. Otra tradición navideña que sí que habrá es la del Belén de Valga, aunque me pregunto de qué forma podrá ser visitado o cómo podremos verlo.

Yo ya voy desenredando las guirnaldas de luz para mi piso, porque me acabo de dar cuenta de que el espíritu navideño (ese que tanto maldije en su día, cuando todo empezaba en los escaparates en pleno mes de octubre) va acobrar un nuevo sentido este año.

Hablando de espíritu de concordia, me pregunto si hallarán la paz dos alcaldes de la comarca aunque sea solo para las fechas señaladas. Les hablo de Jorge Cubela, el de Cerdedo-Cotobade, y Andrés Díaz, el de Ponte Caldelas. El debate que tienen en la esfera pública sobre sus respectivos balnearios y la financiación tiene calado político, pero, la verdad, en estos tiempos que corren, incluso las más enconadas luchas dialécticas encuentran a un público cansado y desacelerado, preocupado por otras cosas más mundanas o más profundas, depende del caso. Y yo, por mi parte, solo pienso en que pase todo esto y construyan las dos zonas termales porque me pienso remojar aquí y allá, en una y en otra, por turnos, hasta quedarme arrugadita como una ciruela pasa. ¿No pueden hacerse amigos y planear una oferta conjunta, con bonos, regalos, o algo así, para premiar la fidelidad de las que vamos a disfrutar, sí o sí de ambos espacios termales?

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