Opinión

El recreo y el bocata de tortilla

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega
photo_camera Martiño Noriega

EL CONSELLEIRO Román Rodríguez, que es el titular de Cultura y Educación, nunca deja de sorprenderme. Este mismo lunes, en su visita a Cerdedo-Cotobade para conocer a los alumnos del CEIP Plurilingüe Carballedo, el máximo responsable autonómico de Educación dejó a los niños gratamente sorprendidos con su afabilidad, y, sobre todo, con su humor.

Rodríguez se desplazó al centro para conocer los proyectos educativos, pero no dudó en participar como entrevistado en la grabación de un programa radiofónico realizado por los alumnos. Y allí, ante las preguntas insidiosas de jóvenes periodistas de raza como los niños Sofía Cardeso, Alain Barreiro, Nerea Bernárdez y José Ucha, el conselleiro confesó sus secretos más profundos. Por ejemplo, que su cole de pequeño era muy similar al que tienen los niños de Carballedo y que su actividad favorita era "o recreo e os bocadillos de tortilla". Claro, el conselleiro se ganó a los niños con estas respuestas. Pero minutos antes ya se había hecho con la simpatía de todos los alumnos al preguntar: "Quen é o máis túzaro da clase?", para pedirle que explicase cómo funcionaba la pizarra digital. "Os señores de garabata non sabemos nada", confesó, en un guiño, a los pequeños.

En fin, Román Rodríguez en estado puro. Si hasta el presidente de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, confesó en un suspiro "non vou dicir que é o meu conselleiro favorito, pero...".

Cambiando de favoritos, voy con el alcalde de Santiago. No es que nos pille cerca normalmente, pero Martiño Noriega está este martes por Marín, para presentar su libro. Será en Espazo Nobel y el volumen (a medias con Daniel Salgado) se titula: Contradición permanente. Conversa sobre cinco anos de política convulsa. Suena apasionante, aunque yo me veo más preguntando por el asunto de Agustín Hernández y el río Sar.

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