Opinión

"Vigo! The lights!"

Carmela Silva. CHRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera Carmela Silva. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

TODAVÍA NO he ido a Vigo a admirar las dichosas lucecitas (siempre quise escribir aquello del alcalde iluminado, pero una vez más voy a dejarlo para otro día), porque me dan mucho miedo las aglomeraciones y no encontrar billete de tren para volver a mi querida Pontevedra.

Pero, eso sí, no puedo negar que lo están petando. Si Abel Caballero les echaba un órdago a los alcaldes de Londres y Nueva York, la fama mundial de las luces ha llegado a los confines de nuestra vieja Europa. Así lo contó este martes la presidenta de la Deputación, Carmela Silva, quien además, como bien saben, es concejala en Vigo y participó en el encendido navideño.

Pues Silva informó sobre los maravillosos datos de ocupación hotelera en la provincia durante el pasado puente, liderados, cómo no, por la ciudad olívica con un cien por cien, adivinen por qué motivo. Pues aprovechó para contar a mis compañeros periodistas que recientemente acudió a Bruselas a recoger un premio del Ayuntamiento vigués y al enseñar su DNI en la recepción del hotel en el que se hospedaba la recepcionista la saludó con un efusivo "Oh! Vigo! The lights!". Nada más que decir, señoría.

Pero si los vigueses pueden presumir, los pontevedreses no vamos a ser menos. Porque lo de las luces es cosa de un par de meses, pero en la Boa Vila estamos que lo petamos durante todo el año. ¿O no? Los últimos en sumarse a la ola de alabanzas por el modelo urbano fueron los franceses de Le Mond. Ya saben, uno de los periódicos más prestigiosos del mundo.

La periodista Sandrine Morel (que estuvo en la ciudad hace unas semanas) titula su reportaje "la exitosa revolución peatonal de Pontevedra" y destaca datos como que "esta ciudad en el noroeste de España ha visto, en 20 años, como las emisiones de CO2 han disminuido un 60% en el centro de la ciudad y el tráfico peatonal ha aumentado a un 70%". Precisamente en París acaba de estar mi Lores envangelizando sobre las bondades de la peatonalización y su acaldesa, Anne Hidalgo, tomó buena nota.

Morel ilustra su artículo con una fotografía en la que aparece nuestro querido Ravachol -bueno, la estatua-, que continúa de baja en su puesto de vigía del turista, ya saben. Las redes siguen condenando el acto vandálico aunque algún ciudadano, como el polifacético Rafael Pintos, cuestiona que se le haya dedicado una escultura al famoso loro.

Y terminando contándoles que Fernando Iglesias Acuña, el jefe de la librería Baroja, participó este martes en el concurso de la TVG Coma un allo. No es su primera vez en un programa de este tipo y espero que haya tenido suerte.

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