Opinión

Una esperanza para América Latina

LA VICTORIA de Obrador en las elecciones presidenciales de México ha supuesto un terremoto en el sistema político del país y en la cultura política de América Latina. Por fin México tiene la oportunidad de construir un cambio a través de un proyecto político basado en la generación de oportunidades para la población vulnerable, la erradicación de la pobreza extrema, políticas sociales, redistribución de la riqueza, democracia participativa, control del gasto en la administración pública, seguridad para la inversión empresarial y sobre todo la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, auténtica plaga del país, que ha supuesto la muerte de cien mil mexicanos en los últimos diez años. Me gustaría pensar que Obrador será el Mújica de Uruguay, me gustaría pensar que podría ser el Lula de Brasil en sus inicios, me gustaría pensar que esta vez sí, México tiene la oportunidad de tener un presidente de la calle, del pueblo, una persona que realmente vele por los intereses de todos los mexicanos y su alma sea incorruptible. La historia de América Latina está plagada de esperanzas perdidas, de luchas utópicas, de revoluciones comunistas que se han quedado en la dictadura del proletariado. La historia de América Latina es la historia de las sonrisas que se convierten en tristezas, la historia de las dictaduras militares, la historia de un continente siempre sometido a las injerencias exteriores, golpes de estado, bloqueos económicos, revueltas y violencia. Pero también es la historia de un continente joven, en ebullición, con grandes y potentes movimientos sociales, con grandes experiencias en democracia participativa y en gestión de políticas públicas modernas basadas en la toma de decisiones directa por parte de las comunidades beneficiarias. América Latina es realismo mágico. Allí todo es posible. La tarea de Obrador va a ser muy difícil porque históricamente México ha sido considerado como un partido estado. Desde sus inicios el PRI ha dominado la administración pública mexicana y se ha fundido con las instituciones de manera que se confunde el estado con el partido que lo gobierna. Además, los cárteles de la droga que antes estaban en Colombia se han desplazado a México por una cuestión logística, ya que están más cerca de los EE UU y tiene salida al mar por ambos lados de la geografía mexicana. México también tiene el problema de la violencia derivada de las maras centroamericanas que se trasladan al país como puente para su acceso a USA. Por lo tanto, Obrador tiene una ardua tarea que realizar. Controlar el problema de la emigración violenta procedente de centroamérica , la violencia que ejercen los cárteles de la droga cuyos tentáculos se extienden a la administración, al congreso y a las empresas, y sobre todo, relanzar la economía del país para que sea justa y sostenible garantizando la igualdad de oportunidades para todos los mexicanos. En esta tarea debemos ayudar todos, especialmente España por sus lazos históricos y su deuda moral con el continente, y los EEUU, porque los problemas de México son los problemas de USA. La historia de América Latina es la historia de las esperanzas perdidas pero ojalá que esta vez Obrador se convierta en una esperanza real para México y para toda América.

Comentarios