Opinión

Hoy es un día histórico

TELESCOPIOS situados en España, Groenlandia, Francia, Chile, Hawái, Arizona, México, California y Polo Sur, trabajando de manera conjunta, en un ejemplo de cooperación internacional tecnológica, han logrado la proeza histórica de fotografiar un agujero negro situado en el centro de nuestra galaxia a través del proyecto Event Horizon Telescope o Telescopio del Horizonte de Sucesos. Esta fotografía, que se presenta a la humanidad durante el Día Internacional de la Ciencia y la Tecnología a través de una conferencia simultánea entre Bruselas, Santiago de Chile, Shanghái, Tokio, Taipéi y Washington, constituye uno de los hitos más importantes en la investigación científica mundial, complementando las teorías formuladas por Einstein y Hawkins durante el siglo XX.

Su existencia ha sido teorizada por investigadores, plasmada en las artes, soñada por poetas y llevada al cine por directores como Christopher Nolan, quien mostró magistralmente las posibilidades de su existencia en la película Interestelar, de la mano de Kip Thorne, ganador del Premio Nobel de Física y experto en el campo astrofísico y gravitacional, quien colaboró en el guion. Algunas hipótesis señalan que estos agujeros son puertas de acceso que abren un horizonte de sucesos donde se encuentra la singularidad, un término utilizado en las ciencias que describe un acontecimiento único e inexplicable. Estos agujeros serían estaciones de metro espaciales que permitirían al ser humano viajar hacia otras galaxias, como es el caso de los llamados agujeros de gusano, donde se produce una curvatura del espacio y el tiempo que conecta dos ubicaciones en el universo.

Conjeturas al margen, lo importante es señalar, como la cooperación internacional en materia científica y tecnológica nos regala éxitos sorprendentes. El trabajo conjunto entre países genera sinergias exponenciales ofreciendo descubrimientos impactantes que suponen auténticos avances históricos, claves en la evolución humana. Estas noticias deberían figurar en las portadas de los principales periódicos mundiales y abrir los informativos en todos los telediarios. Se deberían aplaudir y celebrar en todas las escuelas, institutos y universidades.

Sin embargo, continuamos mentalmente sujetos al cono Isabelino o cono de la vergüenza, ese collar en forma de lámpara que llevan algunos perros que les impiden mirar hacia arriba, hacia atrás o hacia los lados. Mientras unos observan las estrellas y el universo, trabajando y cooperando internacionalmente, otros siguen obsesionados con la política doméstica, las elecciones y los partidos, dándole un valor a la política que hoy en día es ampliamente superado por la tecnología. Si algo deberían aprender nuestros políticos es a trabajar conjuntamente con instituciones, universidades y gobiernos de otros países del mundo en programas cuyo objetivo sea mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos del planeta.

Tenemos que superar nuestra infantil conciencia nacional para generar una conciencia de ciudadanía internacional que nos permita progresar. Hoy veremos esa fotografía histórica. El agujero espacial será redondo, ovalado, reluciente, esférico, colorido o transparente y lo que albergue en su interior seguirá siendo un misterio, materia de estudio y esperanza para todas aquellas personas que observan asombradas las constelaciones, las estrellas y el cosmos, porque saben, que además de pertenecer a una calle, a un barrio, a una ciudad, a un país, a un estado o a una nación, pertenecen a un concepto mucho más amplio y real.

Todos formamos parte de una belleza energética, infinita, inmensa y desconocida llamada Universo. Tenemos que ir más allá de nuestra propia existencia. No podemos pensar como individuos sino como especie. Los elementos químicos que componen nuestro cuerpo se crearon en las estrellas y a través de una gran epopeya molecular milenaria se generó un poema físico llamado vida que ahora está tumbado sobre la arena de la playa en una noche de agosto observando la geometría de las esferas celestes mientras entona una canción con la guitarra cuya melodía se eleva al cosmos. Ese poema eres tú.

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