Opinión

Rendirse no es una opción

Ramón Arroyo. CEDIDA
photo_camera Ramón Arroyo. CEDIDA

ESCUDEIRO Y ARROYO tienen en común mucho más que el nombre (Ramón). Tienen su capacidad de sacrificio, su lucha, su entrega, su pasión y, sobre todo, no rendirse jamás aunque la vida te enseñe su cara más cruel.

Los 20 años de Ramón Escudeiro fueron un ejemplo de vida, aunque nunca quisiera ser ejemplo de nada. Él hacía las cosas porque quería y no por ser tomado como un ejemplo. Esa mentalidad le hizo reír hasta el final aunque supiera que se estaba muriendo.

Su legado es tan poderoso que conceder un premio con su nombre es una inmensa responsabilidad. Un galardón que no reconoce resultado alguno sino formas de entender la vida.

Y en la manera de afrontar los problemas, Ramón Arroyo y Ramón Escudeiro son idénticos. Rendirse no es una opción no solo es el título de un maravilloso libro escrito por el paratriatleta sino su tarjeta de presentación. Su lema vital. Cuando asegura que no hizo un Ironman para demostrar nada a nadie está enviando un excelente mensaje a la sociedad. Está diciendo que cada uno debe marcarse las metas que quiera, que el Ironman no deja de ser un reto vital que cada uno visualiza de una determinada forma.

Pero a la vez Arroyo está diciendo, a través de su Ironman, que el deporte es una potente herramienta para alejar los límites de cada uno.

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