Opinión

Confieso que soy culpable

Pido clemencia al tribunal supremo femenino. Entono el mea culpa en la agresiva semana electoral del 8 de marzo

QUIERO CONFESAR públicamente que después de esta semana aterradora de discriminación de género y apología del feminismo me siento culpable. Lo confieso, soy culpable de ser hombre, pero prometo enmendarme tras el 8-M. Lo reconozco, soy culpable de no haber nacido mujer... pero espero que se me perdone algún día. Soy culpable de haberme parido hombre una mujer y de estar casado con una mujer, luego suplico que eso cuente como atenuante en la hoguera de la inquisición feminista radical en la que se ha quemado esta semana al sexo masculino. Lo confieso, soy culpable, como hombre, de contribuir a todos los males de la mujer desde la manzana que Adán le dio a morder a Eva. Yo confieso y suplico el perdón de las mujeres, seres superiores en la semana de las vanidades feministas, aunque seres iguales al hombre el resto del año por mucha desigualdad salarial que exista.

Como hombre confieso que me siento avergonzado de serlo, pero mucho más de no sentirme mujer que, en semanas como esta, intuyo supone tocar el cielo con las manos liberadas del carcelero macho pecador. Ahora en serio, como hombre confieso mi sentimiento de culpabilidad, porque todos esos violadores y asesinos de mujeres que condeno sin paliativos, todos esos abusadores de mujeres que condeno firmemente son hombres si bien nada tienen que ver con la infinita mayoría masculina.

Sí, soy culpable, incluso sabiendo que el akelarre feminista de extrema izquierda dobla el pulso del macho alfa que vuELve sosteniendo a su candidata a la alcaldía de Ávila condenada en el caso de asesinato de un hombre. Siendo la víctima un hombre supongo que se interpreta como que esta vez pagan pecadores por justos. Nosotros, los demás hombres, tenemos mucho que callar y menos que ganar. Defiendo, como hombre políticamente correcto, que la discriminación de género y la desigualdad salarial se erradiquen hasta hacer iguales al hombre y la mujer. O sea, que me parecería bien que Einstein y Madame Curie hubieran ganado lo mismo. Pero rechazaría que tuvieran el mismo sueldo el Kiko Matamoros de la época y Curie o la Belén Esteban de entonces y Einstein salvando las distancias históricas. El conocimiento y el talento se deben pagar sin distinción de género, de modo que confieso sentirme víctima feminista por ganar menos que mis jefas. Prometo enmendarlo y hacer huelga el 8-M de 2020 si finalmente me igualan el salario y no me tratan como a un esquirol delincuente sin presunción de inocencia por el solo hecho de ser hombre no privilegiado en el día de la mujer trabajadora.

El regreso de Pablo Iglesias hombre, de baja por paternidad, ha sido la otra gran revelación de la semana femenina y feminista. Hoy me siento solidario con Pablo, quien se ha visto obligado a pedir perdón por el cartel del anuncio de su regreso que le prepararon sus compañeros y compañeras, ellos y ellas, hombres y mujeres. Ese "vuELVE" remarcando el pronombre "EL" es tan machista para el electorado podemita que se ha manifestado como toda una revelación de la máquina de verdad. Sin duda, estamos ante la prueba de cargo de los pocos hombres que quedan en el organigrama de mando de Podemos.

Pero yo pregunto, confieso y entono mi culpa masculina preguntando: ¿Quién dio el visto bueno al cartel machista? ¿Fue Irene Montero en una traición matrimonial para hacerse con los futuros mandos del poder comunista? ¿Fueron toda esa colección de aguerridas mujeres tipo Noelia Vera que braman como si no hubiera un mañana masculino cuando le ponen un micrófono delante? ¿Fue acaso el otro Pablo, el secretario Echenique al que condenaron por pagar en negro a su cuidador, que no cuidadora? ¿O fue Pablo Iglesias, líder supremo y hombre superior, quien autorizó el cartel machista? Porque si pidió perdón y retiró el cartel enmendándose a sí mismo es fácilmente deducible que en ese matrimonio es Irene Montero la que lleva los pantalones. Perdón, pido excusas, que pantalones es una palabra muy machista en la semana de la falda-pantalón.

En fin, que la precampaña deja en evidencia a todos los partidos políticos sin excepción porque los candidatos a la presidencia del Gobierno son todos hombres. En la semana feminista de la igualdad y la huelga, en la semana de la réplica a la manifestación de centroderecha en la Plaza de Colón de Madrid, la demagogia nos ha sobrepasado con la propaganda electoralista, sexista e ideológica de este 8-M.

Ha sido un bombardeo constante elevado al máximo común múltiplo por la próxima cita electoral. Ha sido tan violento verbalmente que no me extrañaría nada recibir una citación de la Fiscalía bajo imputación de rebelión masculina. Los hombres no tenemos ninguna posibilidad de que se rebaje a sedición como ha hecho la Abogacía del Estado por orden del Gobierno Sánchez con los golpistas. A la defensa de los hombres siempre le quedará un buen ataque de malversación política, que es lo que hemos visto esta semana feminista con los decretos ley, el CIS y otros excesos del poder partidista. Sí, lo confieso: me siento culpable de ser hombre. Pero prometo enmendarme.

Toque de atención

GOBIERNO y PSOE se defienden de los recursos de PP y Cs ante la Junta Electoral Central. La estrategia monclovita ha sido simplificar que la derecha pide la suspensión de la rueda de prensa del Consejo de Ministros, pero no es eso. Dada la proliferación de decretos ley, sobre los que la JEC no tiene competencias (deben recurrirse al Constitucional) lo que piden es que no se use la referencia del Consejo de Ministros como provecho electoral, al margen del encaje constitucional que tengan todas esas leyes promulgadas sin la razón de urgencia que los regula. Por eso la JEC dará un toque de atención al Gobierno para que no emplee la rueda de prensa como propaganda. Habrá un tirón de orejas según ha podido saber Trazado Horizontal porque la institución del Gobierno y sus dependencias no pueden ser usadas para publicidad electoral. El Ejecutivo podrá trasladar sus decretos telegráficamente y remitir al BOE, pero no presentarlos como logros bajo riesgo de multa. Pueden hacerlo los cargos del PSOE en Ferraz aunque sean ministros, pues la Loreg no regula sedes no institucionales.

La utilización del 8-M

CUENTAN A Trazado Horizontal que Moncloa viene trabajando en el paro del 8-M desde Navidades, cuando ya Sánchez barruntaba la convocatoria de elecciones por previsión de falta de Presupuestos. Alguna orden a los funcionarios para que trabajaran en un argumentario socialista contra el PP y las derechas "incluía referencias de igualdad y sobre la mujer". Desde muchos organismos institucionales se ha llamado la huelga, pero sobre todo el "manejo oportuno de los tiempos en los reales decretos susceptibles de favorecer el voto feminista se ha notado mucho". Lo dicen empleados de un Ministerio muy próximo a la materia, quienes señalan que el objetivo final era "dar la réplica con la utilización política del 8-M a la concentración multitudinaria de las derechas en Colón". PSOE y Podemos se lo han tomado –añaden– "como una encuesta de previctoria electoral". Entre las medidas que alguna funcionaria entusiasta ha propuesto a Moncloa para la campaña electoral está "recuperar el extinto Ministerio de igualdad de ZP". Vaya, vaya.

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