Opinión

Orgullosos de nuestro Rey

HACE unos días se conmemoraba el quinto aniversario de la proclamación como rey de España de Su Majestad don Felipe VI de Borbón. Un lustro en que diversos acontecimientos sociales y políticos no le han puesto nada fácil su trabajo, su labor diaria como monarca.

Asumió la Corona en momentos muy delicados para la institución, consiguiendo en cinco años que la monarquía sea la institución más transparente y mejor valorada por los españoles. Esto no es casual ni fácil, sino fruto de su empeño, trabajo y austeridad.

Le ha tocado vivir situaciones inéditas y convulsas, con tres elecciones generales en cinco años, dos investiduras fallidas, una moción de censura o la declaración unilateral de independencia. A ello ha sabido dar oportunas respuestas contribuyendo con su actitud y determinación a la estabilidad de nuestra nación.

A pesar de ello y de su impecable trayectoria, el mayor rechazo le ha venido por parte de aquellos que solo buscan privilegios territoriales sobre el resto de los españoles, aquellos que buscan despiezar el Estado por medio de la aniquilación de la monarquía parlamentaria establecida en nuestra Constitución, un rechazo acrecentado en el momento en que Don Felipe defendió con firmeza el orden constitucional ante las amenazas de los independentistas catalanes.

Su labor desde entonces en Cataluña está siendo fundamental para contener ese desafío. Nada lo frena, ni los desprecios con que lo reciben las autoridades catalanas, ni las quemas de su fotografía, ni las protestas orquestadas. Nada, porque el Rey, nuestro Rey, es fiel a su juramento en defensa de las leyes que nos hemos dado todos los españoles.

Así en su discurso de proclamación ante las Cortes generales pronunciado en el Congreso de los Diputados en la mañana de aquel 19 de junio de 2014, y que tuve el privilegio y honor de escuchar como diputado nacional por Lugo, ya era consciente de los momentos que se venían encima de su responsabilidad y nos decía: "A lo largo de mi vida mi fidelidad a la Constitución ha sido permanente, como irrenunciable ha sido y es mi compromiso con los valores en los que descansa nuestra convivencia democrática".

Estoy convencido del papel fundamental que juega nuestro Rey, dentro de las atribuciones que le asigna la Constitución, en la defensa de la unidad de España. Lástima que los comportamientos y actitudes de algunos políticos no vayan en la misma dirección, priorizando sus ambiciones personales sobre el interés general, pactando con partidos que buscan destruir nuestra convivencia, cruzando las líneas rojas hasta ahora respetadas al pactar con fuerzas filoterroristas.

Ese papel fundamental también quedaba plasmado en su discurso de fecha tan memorable, "mi convicción personal de que la monarquía parlamentaria puede y debe seguir prestando un servicio fundamental a España".

Cuando se cumple un lustro de su proclamación somos muchos los españoles que deseamos expresar gratitud a nuestro Rey, gratitud por su trabajo diario sin flaquezas.

Felipe VI finalizaba aquel discurso con estas palabras: "Yo me siento orgulloso de los españoles y nada me honraría más que, con mi trabajo y esfuerzo diario, los españoles pudieran sentirse orgullosos de su nuevo Rey". Pues yo soy uno de los muchos españoles que nos sentimos orgullosos de nuestro Rey.

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