Opinión

Ramos

DOMINGO DE Ramos, preludio de la Semana Santa. La procesión de ayer se apartó de lo trágico de la Pasión, aunque es su puerta, y tiene un aire de júbilo. Será por los niños con sus palmas o ramos, será por el borriquito o borriquita, será porque en ella no hay pasos sobrecogedores por su patetismo. El caso es que este domingo da entrada a la Semana Santa, con todo su carácter religioso y con todo su carácter profano. Esa doble cara la tienen las mismas procesiones, por su obvia religiosidad y por su mucho de espectáculo, ya no se diga en la extravertida Andalucía o en la austera Castilla. Para los no creyentes están las vacaciones, los viajes. O sea, incluso para ellos, Semana Santa.

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