Opinión

Destino local con contratación directa

PUES SÍ, ya estamos en verano. Con toda seguridad, va a ser el más atípico de nuestras vidas. La crisis del covid-19 lo va a condicionar decididamente todo. Ayer mismo se publicaba una encuesta según la cual dos de cada tres españoles han decidido variar el destino de sus vacaciones de este año. La buena noticia, o por lo menos la que nos puede insuflar algo de esperanza, es que prácticamente todos vamos a apostar este verano por un turismo de proximidad. Los destinos nacionales serán absoluta prioridad. Y en ello están incidiendo también varias campañas promocionales lanzadas tanto desde el gobierno central como desde el autonómico.

Loable iniciativa sin duda. Pero en todas ellas hecho en falta un detalle, que no por pequeño deja de ser importante para las empresas que se dedican al alojamiento hotelero. No estaría de más incentivar a que en esta ocasión, y dadas las especiales circunstancias que concurren, los clientes contraten sus estancias directamente con los propios alojamientos. Ya que son muchas, cada vez más, las personas que lo hacen a través de portales externos de reservas. Evidentemente esos portales cobran por cada reserva una comisión –nada despreciable, todo hay que decirlo– que se le descuenta al establecimiento hotelero. La suma de las comisiones de todas esa ingente cantidad de operaciones que estos portales pueden realizar durante el verano supone un volumen de millones de euros que van a parar a países externos, en los que estas plataformas tienen sus sedes. Si esas contrataciones se realizaran directamente con los establecimientos, todo esos millones repercutirían en las empresas del sector turístico y, por extensión, en nuestra economía. Con los beneficios que ello conlleva.

No quisiera que esta llamada a la contratación directa fuese entendida como un menosprecio a esos portales. Al contrario, considero que realizan una labor fundamental, principalmente en la difusión de nuestra oferta hotelera en el extranjero. Pero, insisto, las condiciones de este verano son completamente atípicas y cualquier ayuda o medida que contribuya a paliar las pérdidas que la mayoría de las empresas del sector turístico van a sufrir este año, debe ser tenida en cuenta.

Es por ello que igual, que con buen criterio, se están haciendo llamadas a comprar en el comercio local en lugar de recurrir a las grandes distribuidoras online multinacionales, también se podría en esta ocasión promover la reserva y contratación directa en los propios alojamientos en lugar de recurrir a esos grandes portales externos.

Y un último apunte al hilo de lo vivido. Estamos hablando mucho estos días de reconstrucción. Pues bien, no estaría de más que aprovechando la coyuntura, el comité de rutas, las instituciones y los organismos responsables de la aviación se pusieran de acuerdo en promover el aeropuerto de Santiago –ya que no en vano es la gran referencia turística de Galicia y geográficamente se encuentra en el centro de la comunidad– como el gran aeropuerto internacional de Galicia, de modo que tuviese las conexiones directas que nos permitieran atraer el turismo de muchas partes del mundo, desde las que ahora resulta complicado plantearse visitar Galicia. De este modo, Vigo y A Coruña se mantendrían como aeropuertos más domésticos dirigidos al tráfico nacional. Pero es que la opción de mantener los tres como los mantenemos ahora, compitiendo entre ellos, resulta un drama.

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