Opinión

No apuesto más

PUES YA ven, esta más que claro que he perdido mi apuesta. Esa de la que les hablé hace un par de semanas, cuando estaba absolutamente convencido de que no iba a haber repetición de elecciones. Y lo estaba porque había datos objetivos para ello. En primer lugar, porque el socio natural de Pedro Sánchez debería ser Pablo Iglesias. Pero con los egos hemos topado. Además, creía que la alianza finalmente se establecería, más tarde o más temprano, a la vista de los pactos que el Partido Socialista ha ido establecido en comunidades como Navarra o La Rioja.

Pero no, ni más tarde ni más temprano. Está claro que en este país lo que parece evidente que va a suceder tiene en demasiadas ocasiones muy poco que ver con lo que finalmente acaba sucediendo. Y así ha ocurrido una vez más. Con lo cual yo tendré que invitar a una cena a mis sagaces amigos en D'Berto. Y, lo peor, todos los españoles nos vemos de nuevo abocados a un absurdo proceso electoral. Con todo lo que ello supone y conlleva.

Pero en estos últimos días no solo me han confundido las reacciones del presidente del Gobierno en (de)funciones sino las del conjunto de la sociedad. Tengo claro -con todas las reservas que mi condición de pitoniso fracasado conlleva- que esta nueva cita electoral supondrá una desmovilización social que se traducirá en una elevada abstención. El personal está hastiado y hasta las mismísimas narices de que le tomen el pelo. De que los únicos intereses que sus representantes defiendan sean los suyos propios. Y los resultados de las primeras encuestas tras el anuncio de unas nuevas elecciones así lo han corroborado.

Con lo que no contaba es con que esas mismas encuestan estén anticipando una sensible bajada electoral en partidos que aún no han tocado poder y que, por lo tanto, no han tenido ocasión de poner en marcha sus políticas ni de demostrar lo que son capaces de hacer. Máxime teniendo en cuenta de que se trata de partidos que no tienen corruptos en sus filas. Pero nada, ni por esas. Si las encuestas se confirman -que esa es otra, a la vista de solemnes y recientes batacazos- no habrá lugar para esas nuevas alternativas de gobierno. No habrá lugar para probar otras opciones, otros estilos, otras políticas.

Hace unos días un amigo me envío por Whastapp una viñeta de El Roto de lo más elocuente. Un tipo sentado delante de un televisor decía: "Comprendo que se vayan a repetir las elecciones. Lo asombroso es que se vayan a repetir los candidatos". No puedo estar más de acuerdo. ¿Cómo pueden aquellos que nos han traído hasta aquí postularse de nuevo como salvadores de una situación que ellos mismos, por su ineptitud, ambición y soberbia, han generado?

Pero repito, mi capacidad de sorpresa en cuestiones de política se está reduciendo a límites insospechados y ya casi nada me asombra.

Me atreveré, aun así, a hacer otro pronóstico. Que a quien ha optado por repetir las elecciones, es decir, a Pedro Sánchez, el tiro le va a salir por la culata. Pero, eso sí, esta vez no voy a apostar nada.

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