Opinión

Nos toman por tontos

HASTA A mí, que soy de condición liberal, me hace gracia que el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Juan Manuel Vieites, buen amigo, o la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aparezcan estos días en diversos medios de comunicación manifestando su rechazo o desestimando la opción de crear una empresa energética pública que, de alguna manera, pudiese intervenir en la escalada de precios de la luz que estamos soportando. Y me hace gracia no porque yo entre a valorar la oportunidad o no de crear esa figura en un sector estratégico, sino porque da la sensación de que o no se enteran o nos toman por tontos a los demás.

La realidad es que no hace falta que creemos una empresa energética con capital público porque ya la tenemos. Y además, es la más grande del país. Se llama Endesa. El problema es el capital público en cuyas manos está no es español sino italiano. Así que menos rasgarse las vestiduras ante una propuesta que, insisto, no entro a valorar aunque, puestos a elegir, preferiría que la primera de nuestras empresas energéticas estuviera en manos del Estado español que de uno foráneo.

Con todo, me parece bastante chocante que quienes apoyan la creación de esa entidad pública no hayan salido a la palestra plantándole en las narices a la señora Calviño o alguna de las otras voces que también se han manifestado en el mismo sentido el documento que recoge la titularidad de Endesa. Y así nos va.

El Gobierno, el que sea, en su momento fue Zapatero, cede el control de nuestros sectores estratégicos a nuestros competidores a cambio de 40 monedas y las consecuencias las estamos pagando todos los españoles, sin que tengamos la más mínima capacidad de intervenir en este vergonzante y sangrante asunto. Eso sí, nos preocupan, o quieren que nos preocupen otras cosas que a mí no dejan de parecerme una nimiedad. Hablo por ejemplo, del rifirrafe que se ha montado a cuenta de la subida del salario mínimo. ¿De verdad creen que es tan importante? Y la pregunta se la lanzo a unos y a otros. ¿Creen los sindicatos que apenas unos céntimos más o menos de subida van a hacer variar la situación económica de los trabajadores? ¿Y cree la patronal que esa casi inapreciable subida va realmente a poner en riesgo la viabilidad de sus empresas? Sinceramente, creo que en ambos casos, la respuesta es no. No desviemos nuestra atención con cortinas de humo. Centrémonos en lo verdaderamente importante, que es poner en marcha de manera inmediata medidas que hagan a este país más competitivo.

Este verano he tenido ocasión de recibir en mi negocio a varios clientes gallegos que trabajan fuera de España y me ha sorprendido que la mayoría de ellos no eran asalariados sino autónomos. Personas que en su día decidieron impulsar sus iniciativas emprendedoras fuera de Galicia y de España porque veían que sus posibilidades de éxito eran mucho mayores que aquí. Eso es lo que tenemos que evitar. Pero si no somos siquiera capaces de resultar atractivos para los nuestros, ¿qué podemos esperar? Dejemos de pelearnos por las migajas y vayamos a lo sustancialmente importante. Creemos las oportunidades y las condiciones para que nuestros emprendedores desarrollen sus proyectos aquí. Será además el primer paso para conseguir que también nos puedan llegar inversiones del exterior que propicien nuestro desarrollo económico. Y no solo aquellas que usurpan nuestros sectores estratégicos, hipotecando nuestro futuro y poniendo en riesgos nuestros derechos.

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