Opinión

Hachazo fiscal

Ya no lo disimulan. El palo fiscal que prepara Marisú, la de Hacienda, va a ser brutal. Nos van a freír. No van a dejar a nadie atrás, sin pagar. Marisú le llama al garrotazo de Hacienda algo así como “adaptación del sistema impositivo a la realidad del siglo XXI”. Se lo habrá dicho Iván Redondo porque esta ministra, con las dificultades gramaticales y de dicción que padece es, a todas luces, incapaz de conformar semejante frase.

Este gobierno que gasta lo que no tiene en dadivas y suculentas limosnas que reparte a diestro y siniestro, graciosamente, necesita dinero para pagarlas y nos lo va a quitar de la piel. No les importa que este el país arruinado. Les da igual. Mientras en Alemania, Francia o Italia bajan los impuestos para tratar de reactivar la economía, este gobierno que nos ha caído encima, inclusivo, resiliente, sostenible, de transición ecológica, que empodera y articula políticas públicas en torno de la nueva agenda global de desarrollo sostenible y de la Compañía Internacional de Coches Cama y de los Grandes Expresos Europeos, los sube hasta cotas desconocidas. Y los sube con la clara y evidente consecuencia de provocar un gravísimo daño en las inversiones y en el empleo. Esto lo sabe hasta Adriana Lastra. La eliminación de la reducción por la tributación conjunta del IRPF con un hachazo a las familias más desfavorecidas de 2.293 millones de euros; los planes de pensiones, el aumento del IVA, el incremento del Impuesto de las Primas de Seguros, que va a provocar que cada hogar español que cuente con una póliza va a tener que pagar 28 euros más, son una muestra. Además, se aplicara las tasas Tobin y Google. Y se aumenta, también, el impuesto de matriculación, que significa una subida del precio de cada automóvil entre mil y dos mil euros. Asimismo, quieren meterle mano a los impuestos de patrimonio, donaciones y sucesiones con la excusa de armonizarlos, para jorobar a la comunidad de Madrid que es la autonomía cuyos ciudadanos pagan menos impuestos.

Del análisis del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que Pedro Sánchez tenia escondido hasta que pasaran las elecciones autonómicas en la comunidad madrileña, y que envió la semana pasada a los burócratas de Bruselas, el gobierno socialista, además de todo lo anterior, se compromete a “crear un pago por uso de la red viaria de carreteras”, que incluye las autovías pero que podría ampliarse a las demás carreteras. Todo ello complementado con un nuevo atornillamiento a los conductores de vehículos, aplicándole nuevos impuestos, “con el fin de lograr una movilidad más sostenible”. Un despropósito que aquí en el terruño galaico va a suponer un lastre gigantesco para la recuperación económica. Un despropósito por que los ciudadanos ya hemos financiado el coste de las carreteras con nuestros impuestos. Cada año, que se dice muy pronto, los conductores españoles abonan al Estado más de 30.000 millones en tasas y tributos, de los cuales veinticinco mil millones ya se pagan con el carburante. Y, además, un lastre para nuestra competitividad, si tenemos en cuenta que estamos en el Finesterrae, lejos de Madrid y muy lejos de Europa. En fin que pagaran los de siempre. Las empresas y los ciudadanos con menos poder adquisitivo que van por carretera a trabajar o a estudiar. Así que ¡vayan preparándose! Que estos ¡no dejan a nadie atrás! Sin pagar, claro.

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