Opinión

El CIS y la calle

MÁS ALLÁ de lo que se afirma en la reciente encuesta del CIS, me parece a mí que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez no está teniendo un buen estreno. La crisis con Cuba, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el estado de alarma, el covid desbocado con lo que esto supone para la salud y la economía, la puesta en marcha de la famosa mesa de negociación con los independentistas catalanes, la desconfianza sobre cómo se van a gastar los fondos europeos que, en caso de que lleguen pronto, parece que van a beneficiar a unas comunidades más que a otras en función de los intereses electorales... y la última ocurrencia desde el sector podemita: cambiar la palabra patria por matria, lo cual no viene a cuento con lo que está cayendo por mucho que antes que a la señora ministra de Trabajo se le ocurriera nada menos que a la gran Virginia Woolf.

No ser fiel a su palabra, la coalición con Podemos, apoyarse en los independentistas para gobernar, etc., están en el 'debe' de Pedro Sánchez

Pero ya digo que la encuesta del CIS rebosa optimismo y afirma que los ciudadanos están encantados con la remodelación del Gobierno y que si hoy se celebrarán elecciones ganaría el PSOE. Eso sí, los resultados de dicha encuesta no concuerdan con los de otros sondeos que se vienen publicando estos días y que no son precisamente favorables al PSOE. Solo hay que salir a la calle y escuchar para darse cuenta de que no parece que ese sea el sentir ciudadano y más le valdría a Pedro Sanchez no creerse tan optimista encuesta.

En fin, me parece a mí que en los últimos años la propaganda y el márketing se han convertido en herramientas políticas, de ahí que ahora los voceros del poder nos intentan convencer de que una de las bondades de la reciente crisis de Gobierno es que hay más mujeres en el Ejecutivo y que la media de edad es de cincuenta años. Lo cierto es que ambas cosas no garantizan el éxito por más que podamos congratularnos de que haya más presencia de mujeres en el Gobierno y en todos los ámbitos de decisión. Lo importante es qué proyecto tiene este Gobierno y, aunque no ha comenzado con demasiado buen pie, habrá que ser pacientes ya que es tradición que cuando un Gobierno se estrena se le concedan cien días pero esa es la teoría porque en la práctica, como no puede ser de otra manera, se le empieza a juzgar desde sus primeros pasos. Los marinos dicen que no se sabe si un barco es bueno o malo hasta que se hace a la mar y es un símil que puede servir para los gobiernos.

El tiempo dirá si esta remodelación ha servido de algo o queda en una operación cosmética, puesto que lo que parece pretender el presidente es que el personal vaya olvidando algunas de sus políticas más controvertidas. No ser fiel a su palabra, la coalición con Podemos, apoyarse en los independentistas para gobernar, los insultos, etc. están en el debe de Pedro Sánchez. Amén de que el fiasco de las elecciones en Madrid es algo que pesa en el ánimo de la familia socialista.

No sé, pero a mí esta crisis de Gobierno me parece más el primer paso de la campaña electoral de las autonómicas y municipales. Pero habrá que darle un margen al nuevo Gobierno, cien días, por más que se antojan muchos días.

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