SE QUEJAN desde Podemos que el PSOE no quiere dejarles entrar en el Gobierno y que se niegan a darles lo que les ofrecieron hace tres meses. Los negociadores de Podemos echan por tanto la culpa a los socialistas de no querer llegar a un acuerdo.
Pero en mi opinión, puestos a reprochar, habría que reprochar a los dirigentes de Podemos que en el mes de julio se negaran a entrar en el Gobierno donde iban a disponer de una vicepresidencia y de tres ministerios. Entonces les pareció poco, poquísimo, acusando a Sánchez de dejarles formar parte del Gobierno pero sin darles contenido, es decir mando en plaza. Una actitud un tanto soberbia.
Supongo que el verano les ha servido a los líderes podemitas para reflexionar y darse cuenta de que se equivocaron. Los cargos son lo que quieren que sean los que los ocupan. Pero además quejarse de ocupar una vicepresidencia en el Gobierno de España y de tres ministerios es absolutamente incomprensible. En ese momento la dirección de Podemos, con Iglesias a la cabeza, demostró inmadurez. Se sentaron en la mesa de negociación tan sobrados y ansiosos, tan convencidos de que Sánchez les necesitaba y acabaría aceptando sus trágalas, que al final se jugaron todo y se quedaron sin resto.
Así que no es al PSOE a quien hay que reprochar que las negociaciones no hubieran llegado a buen termino, sino a Podemos. También hay que preguntar a Pablo Iglesias, Echenique, Montero y compañía el porqué están dispuestos a aceptar hoy lo que les resultaba inaceptable en julio. Ahora reclaman esa vicepresidencia y los tres ministerios que rechazaron airados.
No sé que decidirá Pedro Sánchez, si al final se dejará acogotar por tantas voces plañideras que le reclaman que ceda por aquello de evitar elecciones. Pero si algo es evidente es que es muy difícil que ambos partidos puedan sentarse en un Consejo de Ministros, no solo por sus diferencias ideológicas y programáticas, sino también porque la desconfianza impera entre ellos. Es mezclar aceite con agua. Por eso me parece a mí que la opción más lógica es la que plantea el PSOE: acuerdo programático para la legislatura. Si más ni menos.
Pero desde Podemos insisten en convertirse en guardianes del Gobierno porque aseguran no fiarse del PSOE. Así las cosas, quizá sería más sensato no seguir mareando la perdiz. Pero insisto: es Podemos quien tiene que explicar por qué lo que rechazó en julio ahora le parece aceptable. En la partida de póquer político que están jugando Sánchez e Iglesias es evidente que Sánchez es mejor jugador. Pero como en política nada está del todo hecho o dicho, veremos como termina la partida.
