Opinión

Toca refundar la patronal

Vieites quiere replicar el éxito de Anfaco en la CEG: su gestión seguirá criterios empresariales
PATRONAL

La última oportunidad. La tabla a la que agarrarse cuando todo es agua alrededor. En pleno naufragio del asociacionismo empresarial gallego, cuando sucede lo inimaginable, que un presidente dure tan solo 48 horas en el cargo, llega el rescate. Lo hace de la mano de Juan Manuel Vieites Baptista de Sousa y unas cuantas cesiones, alguna presión y una unidad interna inédita obligada por las circunstancias. El secretario general de Anfaco, la patronal conservera, es esa figura de consenso a la que durante mucho tiempo todos apelaban pero a la que nadie acertaba a poner nombre y apellidos.

A la presidencia de la patronal gallega no llega un empresario. Lo hace un gestor, como bien señala el periodista Fernando González Macías, un ejecutivo, de perfil técnico pero afable, que conoce bien las aguas que en breve surcará. Para comenzar por Lugo, patronal provincial que lo propuso, no ha sido casual el movimiento ni la presentación de esta semana en la capital lucense. La brecha abierta durante los últimos años entre norte y sur, con candidatos atrincherados y siempre más pendientes del error ajeno que del acierto propio, obligaba a una tercera vía. Ni A Coruña ni Pontevedra, aunque Vieites sea vigués y Anfaco tenga su sede en esa ciudad. El golpe de efecto como principio de un nuevo camino que, de momento, todos quieren recorrer de la mano. Lo cierto es que no le queda otra a la Confederación de Empresarios de Galicia para poder sobrevivir después de años de frustración y guerras. Toca refundar la patronal Es hora de mirar hacia adelante sin volver la vista atrás. No queda otra, pero ¿qué planes tiene Vieites para la patronal gallega?

El secretario general de Anfaco quiere una votación esta semana en la asamblea electoral aunque sea candidato único; es decir, nada de aclamaciones. Esa es su intención. No oculta que la Xunta le pidió que se presentase, como muchas otras asociaciones sectoriales y empresarios a título individual. Mantendrá la secretaría general de Anfaco desde su nuevo puesto en la presidencia de la patronal y aspira a sentar en tres meses las bases de futuro. Sabe mejor que nadie que, cuando se llega a un cargo, lo que no haces en las primeras semanas nunca logras cambiarlo. ¿Y en qué consistirán esas bases de futuro? Pues una de sus primeras medidas será nombrar un secretario general de confianza y, desde el diálogo, la creación de un comité asesor en la CEG con empresarios reconocidos. Suena bien. Sobre todo a fresco, por las caras nuevas, y a serio, si ese comité está finalmente integrado por nombres propios de la empresa.

Pero Vieites tiene claras unas cuantas cosas más. Llega sin ataduras, después de haber dicho no al cargo en una primera aproximación. Y sabe que el problema actual en la patronal no está en los números. Los ahogos financieros del pasado son eso, historia en la confederación. Sin embargo, es de los que opina que la CEG tiene que funcionar más o menos como una empresa, con esa filosofía, con criterios empresariales. Esa es la fórmula de Anfaco que Vieites parece dispuesto a replicar ahora en Santiago.

Para empezar, en la patronal conservera están las grandes empresas del sector representadas, incluso con sus diferencias. Saben que Anfaco es todo un lobby en Bruselas, una patronal nacional con sede en Vigo. Como si la asociación textil española tuviera base en A Coruña o la Fenil en Lugo. Y, lo más importante, los asociados a Anfaco saben que pueden contar con los servicios de sus dos centros tecnológicos. I+D+i, calidad y seguridad alimentaria, asesoramiento especializado, formación y asistencia técnica, cooperación exterior… Todo eso ofrece la patronal conservera a sus socios, además de la defensa a ultranza de sus intereses.

Vieites sabe que lo que funciona no se debe cambiar. Por eso Mané Calvo, el consejero delegado del Grupo Calvo, duró cinco meses en la presidencia de Anfaco el año pasado. Quería actuar como un presidente ejecutivo cuando en realidad debía ser árbitro de la junta directiva. Perdió todas las votaciones que propuso. Es evidente que Anfaco se gestiona como una empresa. Con un patrimonio superior a los 11 millones de euros, sus ingresos anuales se sitúan en 2,8 millones por su propia actividad y otros 4,3 millones por sus operaciones mercantiles, y se guía por criterios de rentabilidad. ¿Logrará ahora Vieites refundar la patronal, además de gestionarla? Lo primero, poner orden en el destartalado gallinero.
 

La ministra de Hacienda manda en todo en la Sepi
ministraUNA tercera mujer se cruza en el futuro de Alcoa. A las ministras de Industria y Transición Ecológica, Reyes Maroto y la vicepresidenta Teresa Ribera, se suma otro nombre propio del equipo de Sánchez. Se trata de la titular de Hacienda. La gestión de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) está bajo la órbita y competencia de María Jesús Montero. La andaluza ha tenido algún que otro problemilla en la propia Sepi, con la dimisión de un presidente de confianza por su imputación en la venta de la mina de Aznalcóllar. El actual presidente ejerce en funciones desde octubre de 2019. Bartolomé Lora tendrá mucho que decir sobre esa eventual venta conjunta de Alúmina y Aluminio Español a la Sepi. 

 

 Reganosa y la loca carrera del hidrógeno verde

PONGA una planta de hidrógeno en su vida. Y dese prisa, que los fondos de reconstrucción están al caer. Ante la crisis generada por el covid, y en esa lotería que será el reparto de los fondos, a buen seguro que Emilio Bruquetas asiste atónico a toda la efervescencia de proyectos de este tipo, que dice mucho de lo mal planificada que está a veces la economía cuando se marida lo público y lo privado. El director de Rega nosa ha liderado un proyecto serio para aprovechar el hidrógeno, cuando su viabilidad técnica lo permita, que todavía faltan unos añitos, pero contempla cómo esta fuente de energía se multiplica en Galicia sin demasiado orden. ¿Habrá hasta nueve proyectos de este tipo en marcha?

 

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