Opinión

Cuño Maduro

LA REFORMA del Senado, como verdadera cámara de representación territorial que valga para algo más que traducir el catalán al castellano, es una aspiración pendiente, pero la Constitución también le tiene reservado otros cometidos que no pueden soslayarse por capricho de algunos iluminados.

Para cambiarlo se precisa algo más que las ocurrencias/decreto de Pedro Sánchez, cuya intención de impedir que el techo de gasto del estado pase por la Cámara Alta, donde el PP tiene mayoría, responde más bien las órdenes del que realmente manda, Pablo Iglesias, que a deseo propio. La medida responde perfectamente al cuño Maduro, el dictador venezolano con dudoso pasado democrático. Tanto para maduro como para Podemos, su democracia solo existe cuando les beneficia; cuando no, es un invento de fachas que no comulgan con su ideario totalitario.

Pedro Sánchez, además de su entrega a los independentistas, está adentrándose en una situación irreversible que pone en peligro las libertades del estado de derecho, aunque el verdadero riesgo lo corre el PSOE como partido que se sitúa en el filo de la navaja. A poco, ya no podrá rebobinar.
 

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