Opinión

Franco y el 600

ERAN TIEMPOS diferentes y coches distintos, pero la situación actual, en que la espera por un coche nuevo puede llegar al medio año o más, recuerda la vivida en plena efervescencia comercial del Seat 600, determinada por el retraso en la entrega de varios meses, tal era la demanda creciente de peticiones. La demora originó que una marquesa, aprovechando que Franco había ido a cazar a su finca manchega tentase, en un breve aparte, al jefe de Estado para ver si era posible acelerar el trámite de adquisición del vehículo. Franco, con cierta parsimonia, anotó el encargo en una libreta poco presentable, por manoseada, indicándole que se lo trasladaría al ministro de Industria, a ver si podía hacer algo al respecto. Algún tiempo después volvió a la misma cacería, y como no observase la presencia de la marquesa, advirtió la de su hijo, al que hizo ademán para que se acercase: "La gestión que me encomendó tu madre sobre el 600 se la trasladé al ministro, pero me dijo que no era posible. Tendrá que esperar". No parece muy creíble que Franco se sometiese a la disposición de un ministro, pero concuerda con otras de sus reacciones parecidas, como queriendo dar a entender que su autoridad y capacidad de decisión estaba condicionada por la voluntad de sus subordinados.

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