Opinión

Indigentes de lujo

NADIE, en su sano juicio, celebra el recorte de su salario, pero a los trabajadores no les queda ahora más remedio que acatar los Erte impuestos por el coronavirus. De nada sirven los cabreos, incluso el que debe de corroer el amor propio de los jugadores del Barça, a quienes la directiva, tras un infructuoso intento de acuerdo con la plantilla, anunció la regulación laboral, ante la falta de ingresos propiciada por la epidemia y un monto salarial de 525 millones de euros por temporada. En su fuero interno deben de verse como una imprevista tribu de indigentes, eso sí, de lujo, al asignárseles un sueldo máximo de 1.441 euros mensuales, que es lo que percibe Messi, con un estipendio anual de setenta millones, cada vez que toma aire. A ver cómo se resuelve el reajuste futbolero blaugrana, pues a buen seguro que la letra pequeña aprecia algunas evasivas y mañas para que su aplicación sea discordante a la que se adopte con mileuristas y otros desheredados de la parrilla laboral, pero en cualquier caso es una invitación a reflexionar seriamente sobre los desorbitados contratos de los futbolistas de élite y a reconsiderar su continuidad, ajustándolos al contexto y a las privaciones que condicionan al mercado laboral.