Opinión

Sobreactuación policial

UNAS VECES por acatar preceptos, y otras obrando por iniciativa propia, como queriendo estirar el exceso de estima al uniforme, la sobreactuación policial de algunos agentes del orden durante los controles del estado de alerta abrió un abanico de quejas. Contaba Paco Rivera en su blog que la Guardia Civil le amonestó verbalmente por ir a comprar la prensa, utilizando su coche, forzado por la distancia, cuando es un derecho reconocido, al estar los quioscos abiertos.

Lo mismo que cuando se requirió a quienes volvían del supermercado o de la tienda para que mostrasen el contenido de sus bolsas, examinando si los productos adquiridos eran o no de primera necesidad. ¿Qué se entiende exactamente por primera necesidad? ¿Quién es un agente para delimitarlo? Una botella de vino o una pastilla de jabón pueden serlo para unos y no para otros.

Explorar así alegremente la mercancía es entrometerse en la intimidad del instado, y más si no existe la sospecha que puede sugerir un presunto delincuente cuando lo pillan, por ejemplo, con sustancias estupefacientes o productos de dudosa procedencia. Son abusos con envoltura legal pero reprobables. No encajan en el derecho que asiste a todo ciudadano a comprar lo que necesite o tenga a bien, estando a la venta. Para eso somos mayorcitos.

Comentarios