Opinión

¿Y con Soraya?

ASENTADOS los posos del 28A, calmado el avispero y atenuados los debates de por qué pasó lo que pasó en la consulta electoral, por si no tenía que haber pasado o sí, quedan en el aire algunas preguntas que formular y reflexiones colaterales que exponer, aunque no por ello vaya a cambiar o modificarse nada. La suerte está echada y no admitirlo no conduce a nada, como no sea tomar nota para el futuro. No estará por demás. Sin duda, una de las incertidumbres que corroen a no pocos militantes y votantes del Partido Popular, el más castigado en las urnas, sin ser el único, se refiere a qué habría ocurrido si en vez de liderar Pablo Casado el partido, la responsabilidad hubiese recaído en Soraya Sáenz de Santamaría, cuya valía política y humana como figura destacada del Gobierno de Rajoy, nadie ignora. Nadie lo sabe, pero con seguridad no sería lo mismo, pese a que la fragmentación de la derecha se hubiese producido. Falta saber en qué proporción. Santamaría aportaría continuidad y renovación, mientras que Casado supuso ruptura y derechización, aplaudida por unos y no compartida por otros. Y el resultado, infausto, a la vista está. Los experimentos, mejor hacerlos con gaseosa.

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