Opinión

Amante bandido

JOAQUÍN "el Chapo" Guzmán era un narco que traficaba por encima de sus posibilidades. En realidad, todo lo hacía por encima de sus posibilidades, incluido fugarse de un penal de máxima seguridad y enamorarse de una bella actriz de culebrones. Una belleza del estilo de Ana Obregón, o sea, una de esas bellezas inquietantes. ¿Se imaginan, salvando distancias, a Sito Miñanco encaprichado de Ana Obregón?

Guzmán nació en Sinaloa, Mexico. Se dedicó al negocio local, el narcotráfico, igual que si uno nace en Muxía puede acabar embarcado. Y se dedicó a lo grande: fue el segundo hombre más buscado por el FBI, la Interpol y Mortadelo y Filemón. Sólo Osama osaba superarle. Luego acabaron con Bin Laden y Chapo fue el hombre más buscado. Más tarde lo trincaron y perdió ese puesto.

Su padre era gomero. Sembrador de opio. Aquí se cumple lo de sembrar vientos y recoger tempestades. Siguiendo estrictamente la tradición familiar, a los 15 años Joaquín Guzmán sembraba marihuana, que luego vendía su tío.

En España también sabemos de clanes familiares delincuentes, al menos en la época en que Hacienda éramos todos.

Guzmán fundó un cártel, que en Méjico es como fundar una familia. Se pelearon con otros cárteles y llegaron a montar un tiroteo en un aeropuerto donde murió incluso un cardenal que pasaba por allí.

Fue capturado y llevado de penal en penal hasta que se fugó de uno de ellos. Se demostró que en la fuga, en un carrito de lavandería, participaron setenta personas (entre ellas quince funcionarios). El Chapo nunca discriminó a la hora de comprar voluntades. Se crearon leyendas en torno a él. Es decir: la gente se puso a inventar cosas.

Le mataron a varios familiares, entre ellos un hijo, un hermano y un primo. De su familia no salió ningún novelista, porque para qué.

Por su captura ofrecían una millonada los gobiernos mexicano y norteamericano, en diferente moneda, claro. Eso no facilitó la labor de los cazarrecompensas indecisos. También la revista Forbes tuvo problemas a la hora de cuantificar su fortuna. No les salían las cuentas.

En Febrero de 2014 fue capturado en Sinaloa por gente de la Marina mexicana. Ni en casa puede uno estar tranquilo. El presidente Peña Nieto confirmó la captura en Twitter. Como lo oyen, si están leyendo esto en voz alta. En Julio se fugó a través de un túnel. Lo hizo por puro vicio, pues en la cárcel gozaba de privilegios como visitas familiares y, sobre todo, cortes de pelo. Lo llevaba largo, al contrario que lo prescrito para el resto de los presos.

En Octubre escapó de un intento de captura (ojo, no de fuga, ya se había fugado, no se me despisten). Otra vez a través de Twitter, el escueto Peña Nieto anunció el 8 de Enero de este año que había sido detenido nuevamente. En la operación murieron cinco personas leales al Chapo.

Kate del Castillo, que le hacía ojitos al narco porque le gustaba como él empinaba el codo con los vientos por ella, arregló una entrevista con el actor Sean Penn que luego publicó Rolling Stone. En ella Penn reveló que el Chapo planeaba la filmación de una película sobre su vida y que confió ese encargo a la señorita del Castillo. Era muy fácil el trabajo del guionista: se limitaría a suprimir episodios aquí y allá para que resultase verosímil. Ahora una fiscal investiga si la actriz recibió “plata” del narco para sacar su propia marca de tequila. Un sinvivir de enredos, oiga. Kate se encastilla y lo niega todo. Pero al parecer hay ciertos mensajes de móvil que pueden incriminarla. Y en uno dice: «Me mueve demasiado que me digas que me cuidas, jamás nadie me ha cuidado». Esta frase solo cuela después de comer, con la tele encendida y procedente de ella, pero es que todo se acaba mezclando.

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