Opinión

Oficiantes y bodas

LEO, ESTUPEFACTO, sobre el padre Alonso, "uno de los párrocos más queridos de Galicia" (uno de esos títulos que sale gratis acuñar). Estupefacto leo, porque no me puedo creer que no haya leído antes sobre él. Y también porque el reportaje comienza así: "Él lo niega, pero se le resisten pocos novios". Así empieza el reportaje. ¡Hombre, por Dios! Hablando de un sacerdote católico, con la que ha estado cayendo y dices que "se le resisten pocos novios". Veo torpeza o mala milk.

Más de 500 fieles acuden a sus misas los domingos. Este hombre es el Messi de los presbíteros, además de párroco de Liáns, en Oleiros (y de otros cuatro lugares). Si un sacerdote, vivo, es capaz de congregar a tamaña audiencia, hay que seguir leyendo. Me papo la noticia, me empapo de ella. Decía que oficia unas bodas muy amenas. ¿Cómo se le puede llamar "amena" a una boda como si fuese una telenovela de sobremesa?

Nuestro protagonista tiene ramalazos de vidente, no reclama serlo, pero se le escapan los poderes.

Parece ser que el padre Alonso aconsejó en una ocasión a un contrayente que no contrajera ("Yo veía que no era el momento oportuno"). El muchacho no hizo caso y a los 20 días estaban separados. Hasta ahí todo normal (es un decir), pero nuestro héroe apostilla: "Son cosas que se ven". A ver, nunca mejor dicho, vamos por partes: si eres un novio con un pie en el altar y el cura te dice que no te cases, nada, te encaras con tu futura y le dices: que no me caso, que me ha dicho el cura que no lo ve, o sea, que ve que es mejor que no. Y un jamón.

Cuenta también el padre Alonso la anécdota de un novio al que no le salía el sí quiero y que tuvo a los asistentes un rato en vilo. A Alonso le dió por chivarle: "Sí, sí quieres" pero la cosa la sacó adelante la novia, de un codazo y con un "¡que contestes, hombre!". Esto... se me ocurre un posible origen para las dudas del novio, pero igual ando algo paranoico.

Del resto de la entrevista rescato un par de frases de este singular sacerdote. Primero, su clasificación de las tres fases del amor: "El conocimiento, la pasión, y luego el cariño". Está muy bien elaborado, si acaso con el matiz de que hoy día se tiende a que la fase primera dure un par de minutos para entrar de lleno en la segunda. A no ser que ser refiera a otro tipo de conocimiento, pero no creo, porque ya incursionaríamos en la fase de pasión. Es un poco complicado.

Después está cuando dice que "a veces nos casamos con la idea que tenemos del novio, no con el novio o novia". O sea, que a veces la gente acude al altar sin haber aterrizado aún. Por eso algunos matrimonios, al tomar tierra, se dan un buen golpe de bruces contra la realidad y se largan en busca de otro piloto, dejando la nave escacharrada.

Asegura también que ya casó y bautizó a hijos de parejas que había casado. En fin, que se trata de un hombre con experiencia aunque el matrimonio, de momento, lo tenga vetado por las normas de su propia empresa. Ponemos "de momento" aunque la cosa parece que va para largo. Pese a todo cada vez es mayor el número de voces cualificadas que aboga por suprimir la obligatoriedad del celibato entre la curia católica. El lema que sustenta sus esperanzas es un viejo dicho: "A la fuerza ahorcan".

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