Opinión

Jaque a Monchito

CONOZCO A Gómez Besteiro desde que teníamos 6 años, cuando cursábamos 1º de EGB en la Aneja. Durante muchos años ejerció como delegado de clase, y no por casualidad. Monchito siempre fue un tipo afable, educado, prudente... Sus decisiones eran meditadas y concienzudamente ponderadas, por ejemplo soslayar algunos ceros que le mandaba apuntar la señorita Livia —una sexagenaria que no era ecuánime entre niños y niñas cuando nos preguntaba la lección—. Tal vez ya se vislumbraba el político que acabaría siendo. Monchito se fue convirtiendo primero en Moncho (instituto), luego en José Ramón (como abogado), posteriormente en Gómez Besteiro (ya como edil en el Concello de Lugo) y por último en excelentísimo señor (presidente de la Diputación). Fue creciendo. No hay nada malo en ello. Parecía un triunfador en el mundo de la política, un rey, a punto de conquistar la presidencia de la Xunta jugando con las blancas. Todo se le fue truncando de un tiempo a esta parte hasta acabar en jaque (judicial). ¿Quiénes son los grandes beneficiados? Sin duda, el PP y Feijóo —si finalmente decide presentarse a la reelección—, que hasta ahora jugaban con negras. Monchito sería un rival terrible en el cuerpo a cuerpo durante una campaña electoral. En los mercados, ferias, platós de televisión... Tiene buena imagen, don de gentes, es simpático y, sobre todo, cae bien, muy bien. Este es su mayor tesoro desde siempre y en política representa miles de votos. Y escaños.

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