LA TECNOLOGÍA avanza una barbaridad y acabará siendo verdad que los robots van a dejarnos a todos sin trabajo. Incluso a los que menos se lo esperan, como los guardias civiles. Creían estar a salvo porque no se puede dejar en manos de una máquina la manutención de la ley y el orden, pero para nada. Sus jefes manejan un proyecto estrella: sustituirlos por autómatas en las zonas rurales. Tienen que parecer humanos y usar la inteligencia artificial para hablar como los de carne y hueso, diciendo "Buenos días, señor. ¿Me enseña su documentación?" con el uniforme niquelado.
Los guardias del presente pusieron el grito en el cielo porque la mayoría vieron Robocop y allí se ve en qué acaba todo eso. Yo tengo dudas. Cuando llegue un señor a denunciar a su vecino por moverle los marcos de una finca, no tengo claro si el guardia civil del futuro inmediato sabrá que se enfrenta a un dilema potencialmente mortal. ¿Sabrá cómo actuar cuando una vaca se escapa del cercado sin una wifi conectada a su cerebro de silicio? Si yo fuera Marlaska le echaría el freno a todo esto hasta que esté más cocido lo de la inteligencia artificial. Cualquier día les denuncian el ataque de un lobo y el agente Chispitas contesta: "Su tabaco, gracias".
