Opinión

Todos a la cárcel

HAY QUE ver con lo listo que es El Chapo Guzmán y al final lo cazaron por un motivo de película: por una mujer. Aunque el cártel me persiga, estarán conmigo en que para querer que hagan una película de su vida anda algo cojo de cinefilia. Le bastaría haber visto casi cualquier peli de cine negro de la época clásica para enterarse de que cuando un preso se fuga la poli lo primero que hace es mandar un coche a vigilar la casa de la chica del gángster y pincharle el teléfono. Y eso era en los años 40, imagínese ahora. Puede consolarse pensando que con esa misma excusa pillaron a Humphrey Bogart en ‘'El último refugio'’, y eso que Ida Lupino era mucho más fea que Kate del Castillo, aunque desde luego esta última parece muchísimo más peligrosa. Seguramente porque lo es. Me cuesta más descifrar el papel de Sean Penn en todo esto. Tras darle muchas vueltas creo que también le pudo la vanidad: consciente de que se iba a hacer una peli sobre Guzmán sí o sí, había que birlarle el papel a Benicio del Toro lo antes posible, porque estaba cantado que iba a ser para él. Así se mueve este mundo: mujeres fatales, tontos que se creen listos y, a menudo, listos que hacen tonterías.

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