Opinión

Un rayo de esperanza en medio de la discordia

La absurda posición del PP en contra de la prórroga del estado de alarma habría puesto la salud de todos los españoles en peligro

"ES TAN corto el amor y tan largo el olvido…" rimaba Pablo Neruda en el último de sus ‘Veinte poemas de amor’ a los que seguía ‘una canción desesperada’ cuyo título viene muy a propósito ahora para expresar mi estado de ánimo frente al bochornoso espectáculo de la política nacional en esta última semana. Desesperación, en efecto, es lo que me sugiere constatar que el "corto amor" o frágil concordia suscitada al principio de la pandemia por la necesidad de acordar medidas urgentes se ha tornado, con los primeros signos de recuperación sanitaria, en auténtica discordia que prolonga e incluso aumenta la preexistente con anterioridad al coronavirus. El desacuerdo ha llevado a situaciones paradójicas que resultarían pintorescas en caso de no poder tener consecuencias trágicas, como los pactos paralelos pero inversos del Gobierno con Ciudadanos por una parte, y con Bildu por otra; o a patentes contradicciones como la de los manifestantes del barrio de Salamanca que por un lado atribuyen a Sánchez miles de muertes por negligencia y por el otro reclaman una ‘libertad’ descontrolada que acarrearía un rebrote de la epidemia; así como la absurda posición del PP votando en contra de la prórroga del estado de alarma, que de no ser por el cambio de actitud de Ciudadanos habría puesto la salud de todos los españoles en peligro o bien en manos de los partidos independentistas.

Y en medio de este gran desconcierto, entre todas estas sombras que hacen recordar a Goya y sus pinturas negras como aquella titulada ‘El sueño de la razón produce monstruos’, tan hispana, aparece una buena noticia: la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, acaba de dar a luz a su primer hijo. Símbolo como es de esperanza todo nacimiento, no puedo, además de dar la enhorabuena a los felices padres, dejar de recordar sin embargo el verso de Machado que por desgracia parece seguir aún vigente. "Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios./ Una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón".

Ojalá que en su caso y en el de todos los de su generación esto ya no se cumpla, y que cuando sea mayor este país haya emprendido de veras y sin retorno el camino del consenso y la moderación que su madre, poco antes de nacer él, parece haber iniciado.

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