Opinión

Cataluña vuelve

LOS ENFRENTAMIENTOS políticos españoles pasan porque entre los partidos no se entienden. La falta de discernimiento y problemas entre los aliados del gobierno dan negociación permanente. No se quiere dialogar pero se fotografían actos de Mesa de Diálogo con negociación vociferada. Generalitat y Estado, o Estado y Generalitat, cortan y desatan y se sientan para mirarse a los ojos y hacer callar a los más escépticos. Las maniobras están entre resolver, dar vueltas o prolongar la solución. Este trío es el dibujo del mantel que nos viene envolviendo la vida entre gobierno central y comunidades autónomas.

Cuando Josep Tarradellas regresó a Cataluña primó la idea de que los medios utilizados para resolver un problema no son importantes frente a la solución. Era el 23 de octubre de 1977. Atrás quedaba aquel mes de julio del mismo año en que la reunión con Adolfo Suárez dio lo que dio; pero, sin duda, más de lo que se manifestó públicamente. Entonces se organizó el retorno del político exiliado y el restablecimiento de la Generalitat. Los pormenores están en el archivo del Monasterio de Poblet en Cataluña, y allí se conserva el fondo personal de Josep Tarradellas, con conversaciones sonoras, documentos históricos y escritos a mano. Para Adolfo Suárez fue más difícil poder entrevistarse con Tarradellas en el exilio que llegar a legalizar el Partido Comunista de España. Mirando a esta semana de reencuentro del Gobierno de España con la comunidad histórica de Cataluña la reflexión ve un mapa de ruta. Los gobernantes catalanes dan un paso adelante con la visita de Pedro Sánchez a sentarse en Barcelona con el presidente Pere Aragonés. Está marcada con círculo, y de ese redondel salen flechas con indicaciones de porvenir independentista.

Ministros varios y la vicepresidenta Yolanda Díaz fortifican la presión de Junts y la CUP, que habían dado su pase a este encuentro sólo con la presencia del presidente del Gobierno.

Se pone en marcha la legislatura catalana con el termómetro de la Diada del pasado sábado con menos afluencia que en años anteriores y que ello viene a dar debilidad a los independentistas en la mesa de diálogo. Se suma la frustrada inversión de 1.700 millones en el aeropuerto de El Prat. Las redes sociales tuvieron su papel cuando salió un tuit de Aragonés en contra del impacto medioambiental. El foro de este miércoles tiene su fuerza en el pacto entre PSOE y ERC que son los apostantes. Y todo en un panorama de negociación para los Presupuestos Generales para 2022. Nadie olvida que para su aprobación es clave el apoyo de ERC. Ambas formaciones pactaron este foro y a ambas les interesa tiempo. Esto es, que el diálogo no naufrague a las primeras de cambio, crear expectativas ante los suyos y a la oposición diluir el protagonismo del conflicto. Es seguro que no se va a escuchar en ningún momento lo que Suárez le dijo a Tarradellas: "le quiere Cataluña pero el resto de España no".

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