Opinión

Alimentación saludable

La legislación española solamente regula para menores de 15 años recomendaciones en los temas relativos a internet, lo que no impide que niños de 8 años accedan a páginas de pornografía de adultos

LA SOLICITUD presentada al Senado para que se incluya a los nutricionistas en la prevención sanitaria y el fomento de educación en prácticas alimentarias saludables, se acompañó de los resultados de un estudio según el cual, cada euro gastado en nutricionistas y atención nutricional supone 56 euros de retorno en ahorro y mejora de salud.

En España existe únicamente un Código de autorregulación de alimentos dirigidos a menores, es voluntario y por lo que se ve, no funciona. Se llama Código PAOS; incumple las directrices de la OMS y está dirigido únicamente a menores de 11 años. Está confeccionado siguiendo las directrices a medida de la industria productora de estos alimentos y si se incumple por parte de las empresas, voluntariamente adheridas, tampoco pasa nada.

La legislación española solamente regula para menores de 15 años recomendaciones en los temas relativos a internet, lo que no impide que niños de 8 años accedan a páginas de pornografía de adultos, como han denunciado algunos profesores.

Estudios realizados en EE UU demuestran que uno de cada tres niños obesos lo es por el tipo de alimentación que consume, de baja calidad nutricional.

Empresas como BIMBO, denunciada por otras empresas adheridas a PAOS, anuncia en sus páginas alimentos de alto contenido en azúcar como alimentos saludables. La galleta Dinosaurios es el ejemplo que señalan algunos como el más doloroso, porque cuenta con el aval del sello de la Sociedad Española de Pediatría. Julio Basurto, nutricionista que interpeló a la mencionada asociación sobre el tema, obtuvo como respuesta que ellos avalan la reforma de la industria alimentaria infantil; pues bien esas galletas contiene 21 gr de azúcar por cada 100 gr de galleta, así como aceite de palma y otros aditivos innecesarios entre sus componentes, mientras que los denostados Donuts, tienen 19 gr de azúcar por cada 100 gr de producto.

La Sociedad Española de arterioesclerosis, firma acuerdos con industrias que emplean grasas trans y, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria también firmó acuerdos con Pan Rico sin hacer distinción entre cereales integrales y refinados en la pirámide alimentaria que recomiendan, cuando parece además demostrado que es más operativa la fórmula del plato saludable que la de la pirámide.

Por otra parte ALIMENTUN, que son los grandes de la industria alimentaria, se unieron a ALCOSAN y crearon el plan AVISA que consiste en unas letras pequeñas subtitulando el alto contenido en azúcares o recomendando el ejercicio físico y, la estrategia NAOS. Esto sirve para lavar la cara de la industria alimentaria con dinero público. Cuando Ana Mato colocó en el control de estos organismos a Angela López Saá, que era directiva del área científica de CocaCola, muchos afirmaron que se había puesto al zorro a cuidar del gallinero y, curiosa coincidencia, le otorgan el premio NAOS a Gallina Blanca.

El lobbies alimentario lo forman básicamente 10 empresas cuyo entramado maneja toda la industria alimentaria. La Directora General de la OMS afirmó que están ocultando los problemas que genera la alimentación en la población. El problema es que la ciudadanía carece de información suficiente al respecto y si quienes deberían propiciarla e implantar una legislación que obligue a las empresas, está vinculada al sector o a merced de los lobbies, difícilmente se protegerá a la población de nada porque se distorsionan las políticas públicas al respecto.

En países como Inglaterra y Brasil funciona el llamado etiquetado semáforo, con buenos resultados. Consiste en etiquetar con rojo los productos insanos, con amarillo algún contenido insano y verde para los totalmente saludables. El etiquetado claro, fácil de diferenciar, junto con unas pautas de educación para una alimentación saludable, evitaría muchas muertes y el padecimiento de enfermedades crónicas, pero eso de poco sirve si faltan los recursos suficientes para comprar alimentos de calidad.

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