Opinión

De la democracia a la oligarquía

HOY VAMOS a hablar de Europa, del viejo continente cuya civilización atesoró el mayor desarrollo en la protección de los Derechos Humanos, de la instauración de la democracia en sus Gobiernos, de la implementación del Bienestar Social y los derechos de los trabajadores y tantos otros valores presentes en su cultura que ningún otro le había igualado en su conjunto.

Es bueno ser conscientes de los logros que como sociedad hemos alcanzado, es necesario no olvidar lo que nos ha costado lograrlo para procurar no perderlo. Es conveniente, en los tiempos que corren, reflexionar sobre todo esto; no olvidar de dónde venimos y pensar hacia dónde vamos.

Desde el Tratado de Niza la agenda de la Unión Europea daba pasos para afianzar su estructura y alcanzar una Constitución Europea ratificada por todos los Estados.

En mayo de 2005, los franceses rechazaron por mayoría la Constitución Europea. Jacques Chirac afirmaba que el resultado creaba una grave dificultad a Francia para la defensa de sus intereses en Europa, mientras que François Hollande calificaba la situación de grave para Europa.

El presidente de turno de la Unión Europea, Jean Claude Juncker, anunciaba que el proceso de ratificación de la Constitución en los demás países continuaba, pese al resultado de Francia, y estimaba "imposible" la renegociación del Tratado Constitucional.

Sin duda, el rechazo de Francia fue un tropiezo importante pero la agenda europea siguió adelante. El Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, apuntaba cómo posible salida volver a realizar el referéndum.

España fue el primer miembro de la Unión Europea en someter el Tratado Europeo a votación, ganando el si por mayoría; (el 76,73% de los votantes). Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, Grecia, Hungría, Italia y Lituania ratificaron la Constitución sin someterla a referéndum.

Pero la Unión Europea necesitaba un y si salía lo contrario, debía repetirse la votación hasta que saliese lo correcto. Así ocurrió cuando los irlandeses votaron no a la Unión Europea. Se repitió el referéndum.

Cuando Francia y Holanda rechazaron la Constitución, ésta siguió adelante con su inclusión en el Tratado de Lisboa; Tratado al que los irlandeses también dijeron “no”, así que tuvieron que repetir la votación.

Esta perseverancia en conseguir el resultado deseado, desoyendo la voluntad ciudadana de los Estados, utilizando todo tipo de mecanismos para conseguirlo: campañas mediáticas para provocar cambios de opinión, cabildeos y presiones de todo tipo utilizadas sobre la clase política y los Gobiernos, no parecen acordes con la democracia instaurada en la cultura europea; cultura y democracia que se van diluyendo cada vez más. No hay más que ver como la Unión Europea ignoró el resultado del referéndum griego y cómo la nueva Administración de Alexis Tsipras impuso algunas de las nuevas medidas de austeridad antes impensables, vendió activos públicos…; ¿cómo pueden los poderes económicos obligar a los Gobiernos a rendirse?.

De todos modos, la repetición de votaciones y otros métodos cuando el resultado no es el apetecido, no es solo cosa de la UE. Venezuela y Brasil también luchan por cambiar resultados. Y hablando de países, el nuestro parece que le ha tomado gusto a repetir elecciones. Los españoles ya votamos dos veces; los resultados apenas han variado: los ciudadanos quieren pactos entre todos. ¿Qué pretenden los políticos?

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