Opinión

Ahora empieza todo

Tras ocho meses de relación estable, Miguel Anxo Lores y Tino Fernández han dado a luz unos presupuestos. Papá y mamá (mamá es la de barba) los presentaron prometiendo que serán sanos y robustos. Trabajo les costó. La gestación no debió ser fácil. Antojos, náuseas, dolores de espalda, lo normal. Hace cinco años que El BNG no gobernaba en coalición y la nueva experiencia requería un esfuerzo por ambas partes. 

Durante el pasado mandato, Lores sufrió para sacar adelante las cuentas. Una vez lo consiguió tras una jugada no del todo limpia, aprovechando la baja médica de César Abal, entonces concelleiro del PP, con toda la oposición en contra y haciendo valer su voto de calidad. Los dos siguientes, primero gracias a Marea Pontevedra, que cambió su voto en el último segundo y los últimos, los que están en vigor hasta que se supere el trámite en Pleno, también con el apoyo socialista, en un momento en el que Tino Fernández apostaba ya, en la antesala de las municipales, por una ecuación que le permitiera asociarse al BNG. 

Casi 80 millones permitirán a unos y otros cumplir sus programas. Habrá que ver con detalle cómo se reparten en las diferentes áreas, pero Tanto Lores como Fernández han insistido en un mensaje: son los presupuestos de un único Gobierno. Con ello tratan de anular el mensaje recurrente del PP de Domínguez, que siempre habla de dos gobiernos que trabajan en paralelo. Pues bien, se verá. Ésta es la hora de la verdad y llega en un momento crucial en el que la buena sintonía es crucial. Las autonómicas serán como muy tarde en octubre y a día de hoy todos los partidos piensan en ellas. Con los socialistas gobernando en Madrid con el imprescindible apoyo del único diputado del BNG, todos los cálculos nos llevan a pensar que la Xunta puede decidirse en la provincia de Pontevedra, y ya que Vigo es feudo socialista, nuestra plaza se convierte en fundamental. Por lo general, la ciudadanía pontevedresa es fiel a Lores en municipales y a Feijóo en autonómicas, pero en las últimas generales, en las que el PP recuperó posiciones en todas las provincias, perdió en Pontevedra. Si los resultados fueran extrapolables, que no lo son, la Xunta pasaría a manos del PSOE con apoyos de En Marea y BNG. 

Mantener esa tendencia es importante para nacionalistas y socialistas y tanto estos presupuestos como su aplicación podrán decidir muchos votos. Se han centrado mucho en barrios y parroquias, lo que es natural teniendo en cuenta que el centro urbano está hecho. La partida para el Nuevo Montecelo servirá para disputar a la Xunta esa obra. Unos y otros intentarán apropiársela y sus razones tienen. También será importante comprobar a qué velocidad se aplican los presupuestos y por dónde empiezan. En este caso, las prioridades serán importantes. Es lógico pensar que antes de las autonómicas se gaste buena parte de ese dinero, pues intentarán que la ciudadanía visibilice que el Gobierno coaligado funciona, y el funcionamiento de cualquier gobierno se mide en cómo y en qué se gasta el dinero de los ciudadanos. 

En cualquier caso, la escenificación ha sido cuidada. El hecho de que se hayan presentado las cuentas entre los dos líderes da idea de que quieren transmitir una sensación de entendimiento y buena sintonía, probablemente exhibiendo una realidad aumentada. Tampoco se quieren tanto como se ve en la foto. Supongo que nuestro fotógrafo, Javi Cervera, les habrá dicho: "A ver, a ver, una sonrisa. Alcalde, pásale un brazo por el hombro. Venga, otra vez, otra vez". Cervera esas cosas las hace como nadie. 

Puede que nunca sepamos cómo se llevaron las negociaciones entre bambalinas. Tampoco es cosa de que nos pongamos a imaginar cómo se concibió el bebé, pero lo que importa es el resultado, que lo veremos en breve. Y para ambos socios es importante que después de cuatro años, por fin veamos unos presupuestos que se aprobarán sin sustos ni contratiempos. Y, sobre todo, sin tener que recurrir a apoyos externos. Si esta vez Lores accedió a asociarse al PSOE, fue exactamente para esto, para no tener problemas al sacar adelante los presupuestos. 

Veremos cuando se conozcan los detalles en qué cedió cada uno, pero es de suponer que el retraso en presentarlos se debe a que ambos se pelearon cada céntimo hasta encontrar un equilibrio que complaciera a las dos partes y que unos y otros podrán cumplir sus promesas y ejercer sus competencias con cierta libertad. 

Son casi tres millones de incremento con respecto a los anteriores, lo que es una buena noticia si se gastan cabalmente. El caso es que por fin el nuevo Gobierno arranca tras más de un año en que estuvieron gobernando con unas cuentas aprobadas antes de echar a andar. Por fin tendremos ocasión de comprobar cómo funciona el bipartito con sus propias cuentas, pues las de antes, aunque apoyadas por los socialistas, eran en exclusiva del BNG. De su ejecución dependerán muchas cosas, entre ellas los resultados en nuestro municipio de las elecciones autonómicas.

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