Opinión

Tres semanas o 21 días

h oy podría ser un día más dentro del confinamiento de millones de personas en el mundo y especialmente en España desde que se hizo efectivo el Estado de Alarma Nacional. Pero no lo es, ya que hoy es un día destacado en el que se cumple la cifra nada desdeñable de 21 días (en Galicia llevamos tres de ventaja); y les voy a contar lo que ello supone.

Para empezar, quiero aportar ánimo y esperanza en un tiempo en las que ambas son muy necesarias, y he de decirles que el número 21 entre otras muchas cosas buenas está asociado a cambios en nuestra vida provocando estímulos positivos. Así pues, las acciones cotidianas afectadas por este dígito tendrán éxito. Y no lo escribo yo porque sí, esto es fruto de años de ensayo en cálculos de muchos destacados estudiosos de la numerología. Yo simplemente les transmito la información, porque ya saben ustedes que disfruto devorando libros sobre este tema.

¿Recuerdan ustedes aquella noticia en donde la civilización Maya predecía el fin del mundo para el día 21 de diciembre de 2012? Quizá eso sea cierto, como quizá también el que ya estemos inmersos en la nueva Era de Acuario. Ahora bien, lo que no admite duda es que el mundo ha cambiado, y lo hará más en el día que volvamos a pisar las calles con 'normalidad'

También contarles la peculiaridad del 21, que además de ser el resultado de multiplicar dos números repletos de magia, el 3 por el 7; asimismo 21 suman los puntos de las 6 caras del dado, y en pleno siglo XXI, esta cifra adquiere especial importancia. ¿Recuerdan ustedes aquella noticia en donde la civilización Maya predecía el fin del mundo para el día 21 de diciembre de 2012? Quizá eso sea cierto, como quizá también el que ya estemos inmersos en la nueva Era de Acuario. Ahora bien, lo que no admite duda es que el mundo ha cambiado, y lo hará más en el día que volvamos a pisar las calles con normalidad. Será entonces cuando nos demos cuenta del final de un ciclo y del inicio de otro, con una marcada la transformación espiritual del plano material. Sin duda seremos (creo que ya lo estamos siendo) mejores personas, más sensibles y más humanos.

Efectivamente no todo iba a ser malo en esta situación de confinamiento, de reducción de nuestros derechos, y de un clima de impotencia y tristeza azuzado por las noticias diarias que nos informan de los muchos miles de personas, (demasiadas), que se han ido de la peor de las maneras por culpa de esta pandemia.

Pero les cuento una cosa que seguro que la mayoría de ustedes no saben, y quizá ya lo estén experimentarlo sin darse cuenta, ya que el número 21 guarda relación con las transformaciones personales, los cambios de personalidad y el descubrimiento interior; y quizá estas tres semanas nos han ayudado a ello. Al menos a mí sí que me ha pasado; pero para que el número 21 afecte de manera positiva a nuestros planes de futuro y deseos, somos nosotros los que debemos dar el primer paso para convertirlos en realidad. Y ahora tenemos tiempo, ese que nos falta en la vida cotidiana en donde funcionamos a la velocidad del rayo.

Desde un punto de vista, ahora sí científico, es lo que narra en su libro Psico Cibernética: el secreto para mejorar y transformar su vida el doctor Maxwell Malt, un cirujano plástico norteamericano que a través de muchos estudios ya iniciados a mediados de la década de los años 50 (del siglo pasado), empezó a darse cuenta de un patrón que seguían sus pacientes: cuando les modificaba algún rasgo de la cara, por ejemplo, la nariz. ¡Et voilà!, les llevaba 21 días acostumbrarse al nuevo aspecto. Observó también desde el punto de vista quirúrgico, aunque este con un componente dramático importante, que el síndrome del miembro fantasma en los amputados seguía el mismo esquema temporal de esos 21 días.

Retomando los descubrimientos y las enseñanzas de Maxwell Maltz, gurús del coaching y del desarrollo personal actuales aplican su análisis sobre el patrón que seguían sus pacientes, para crear así programas online que invitan a transformar la vida de las personas en 21 días, ya que inciden en que "la aplicación de la conciencia, en cualquier forma, a través de cosas tales como la determinación, la disciplina, las buenas intenciones y la atención, tiene el poder de crear el cambio"; incluso con la práctica meditativa, y ya yo solo en stricto sensu, simplemente se trata de buscar un momento, parar y pensar. Así es con lo que se consigue ganar conciencia y control sobre lo que hace el sistema nervioso cuando no se presta atención.

Y ahí es adónde quería llegar yo, porque hemos cumplido ya tres semanas de confinamiento, y quizá sin saberlo existan ya cambios en nuestro proceder diario que sin duda alguna van a ser siempre para mejor, aunque ahora no lo veamos así.

En mi caso y siguiendo los hábitos diarios como los de asearme y vestirme como si fuese a la oficina todos los días cuando teletrabajo (nada de estar en pijama y desarreglado todo el día eso no ayuda nada en este tiempo de confinamiento, lo único que hace es destruir nuestra autoestima), el de haberme marcado un horario que intento cumplir en su totalidad (y que a veces cuesta), el seguir una dieta más sana (ya que puedo cocinar en casa) o el de haber diseñado un circuito imaginario de paseo entre el pasillo y las habitaciones de casa para hacer como poco media hora de ejercicio diario, son de las cosas que me han ayudado a enfrentarme al día a día que en principio, (y me imagino como a la mayoría de ustedes) se presentaba duro, de una manera más fácil de lo que yo creía. Y es más, he aprendido a valorar el tiempo como nunca, ya que las dos horas y media entre que me despegaba las sábanas hasta que me sentaba e la silla de la oficina, y otro tanto a la vuelta hasta abrir la puerta de mi casa, en este momento me están dando para mucho.

Pero si hay algo que he aprendido en este tiempo es a pensar más en mí, pero no desde un punto de vista egoísta, sino de una manera más profunda; lo que se agudiza de manera especial en momentos de bajón cuando flaquean las fuerzas emocionales, porque no es nada fácil digerir lo que nuestro cuerpo y nuestra mente están experimentando. Pero merece la pena, y les aseguro que lo próximo será ingeniar una fórmula para seguir con mis nuevos hábitos cuando pueda volver a mi actividad usual (la de antes del confinamiento). Hay tiempo para todo.

Y a todos ustedes, ¡mucha fuerza y mucho ánimo!; y como nos queda otro tanto en casa hasta finales de abril, les propongo que experimenten con el reto de las tres semanas o 21 días.

Comentarios