Opinión

Incógnitas de los peces

TIENE CIERTA lógica esa petición de mayor estabilidad en las cuotas pesqueras. ¿Cómo es posible autorizar un 70% de subida de xurelo y al año siguiente decretar una bajada del 24%? El que defiende un barco no come un año y ayuna al siguiente, no embarca una tripulación para deshacerla en unos meses. Y Hacienda no perdona, requiere los impuestos de forma continuada. Pero estas perogrulladas chocan a veces con las insondables cuestiones del océano y las malas prácticas. ‘O mar nunca se acaba’, dicen los viejos marineros, pero cambiar de oficio era habitual y combinar mareas malas con alguna excepcional, también. Importa el balance a final de año, el mar no es una piscifactoría. Los propios pescadores y gestores de las lonjas reconocen que hay especies que aparecen y desaparecen como picos de sierra: ese pulpo que se paga hoy en lonja a 12 euros el kilo es un ejemplo. ¿Quién puede comerlo a ese precio? ¿O la centolla, que un año se sube por los acantilados y al siguiente desaparece? Serán las aguas, o que seguimos vendiendo por detrás el pulpo pequeño en vez de devolverlo al mar, pero algo debemos hacer si no queremos hundirnos en las incógnitas.

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