Opinión

Atraco de madrugada

Relato corto en el que ironiza sobre el elevado coste de la luz en horario diurno

RAFAEL SINTIÓ ruido en la cocina. Miró el viejo despertador fluorescente y descubrió que eran las dos y diez de la madrugada. Agudizó el oído y efectivamente en aquella parte de la casa había alguien, quizás alguna persona inesperada. Se armó de valor y salió al oscuro pasillo. Al fondo había luz. La claridad habitual de las lámparas encendidas. No llamó a sus padres por no alterar. Descalzo anduvo con precaución los metros del corredor que le separaban del ruido.

Quien andaba trasteando en la cocina era Alba, su madre. Me has asustado, le dijo, ¿Qué haces a estas horas cocinando? Alba miró al hijo con el sueño colgando de los párpados y dejó que un hilo de voz respondiera: Ahorro luz, bueno, electricidad, desde las doce a las ocho de la mañana funciona la tarifa Valle, la más barata. El chaval contempló la efervescencia del lugar. Las ollas hirviendo sobre la vitrocerámica, el cordero en el horno, el microondas girando, el lavavajillas con su zumbar habitual, la lavadora centrifugando, el pequeño televisor a media voz emitiendo noticias enlatadas… y el ordenador portátil sobre la mesa de comer. Alba teletrabaja.

¿Además, mamá, estás enganchada a la oficina? Ella contempló al chico con angustia, limpiándose las manos en el delantal, antes de pulsar una tecla del aparato: Aprovecho para bajar documentos y archivos, ahora es más barato, se justificó. ¿Te has vuelto loca? No, ni mucho menos, o ahorramos o el recibo se escapará de nuestras posibilidades. Rafael sintió pena por su madre y retornó al dormitorio. Media hora más tarde había perdido el sueño. Se fue al ordenador y averiguó que existen tres tarifas de la luz. Si ya era difícil comprender el recibo antiguo, ahora iba a resultar imposible. Su madre estaba utilizando la tarifa Valle, que va de las 24 horas a las 8,00 del amanecer, porque es la más barata. La Neutra que va de 8.00 a 10.00 de la mañana y de 22.00 a 24 de la noche, tiene un coste medio. Sin embargo la que va de 10.00 a 22.00, llamada Pico, esto es, la de más tiempo de uso habitual, resulta ser la más alta.

El chaval no podía entender nada. Recordó las enseñanzas del profesor de física. Don Amadeo explicó en clase que la electricidad es un flujo de cargas que se debe a la separación o movimiento de los electrones que forman los átomos. El aula se quedó en blanco. El profe vio en sus rostros silenciosos la ignorancia y puso un ejemplo: Imaginad que los cables son tuberías, por ellas constantemente circula un líquido mágico que al llegar a las lámparas produce luz, a los radiadores calor, a los motores movimiento… En la mente de Rafael apareció el dibujo de un largo tubo por el que día y noche circulaba el flujo eléctrico y se preguntó: ¿Si la corriente es siempre la misma, por qué según las horas cambia de precio? Una vez más la lógica no casaba con los cálculos eléctricos.

Definitivamente había perdido el sueño. Sintió a la madre caminar por el corredor hacia su dormitorio. No tardaría en amanecer y él por utilizar el ordenador y el flexo pagaría un poco más. Iba a desconectar cuando le apareció una alarma en el lateral derecho inferior: "Las ganancias de las eléctricas se disparan". Se dejó llevar por la tentación y entró en la noticia: "Los beneficios reales de las tres principales compañías eléctricas españolas, Endesa, Iberdrola y Naturgy, que acaparan en torno al 85% del mercado, llevan dos años acercándose a los 7.000 millones de euros, con promedios superiores a los 700.000 € por hora y un aumento del 23% en el último lustro". La noticia no especificaba en qué tramos de horas se alcanzaban. Serían todos, pensó Rafael, sintiendo que su pobre madre no podría escapar del atraco legal, aunque no durmiera, ni que nadie acudiría a socorrerla.