Opinión

Panorama de la Educación 2018

"TRAMPA INTERGENERACIONAL". Esa es la principal conclusión del informe Panorama de la Educación 2018 en lo referido a España. Obra de la OCDE, el análisis fue presentado el pasado martes 11 del mes en curso. El estudio analizó los sistemas educativos de sus 37 países, más Arabia Saudí, Argentina, Brasil, China, Costa Rica, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica. El trabajo desmonta algunos mitos. El principal, el de ser la escuela en nuestro país un vehículo de ascenso social. Lo fue en la segunda mitad del siglo pasado. No lo es en la actualidad. Las aulas se han convertido en un mecanismo de inmovilización social. El elemento determinante son los padres. Además de bienes materiales o deudas, los hijos también heredan de sus progenitores el nivel de formación.

El 55% de los jóvenes adultos españoles, hijos de padres que no alcanzaron la Educación Secundaria Superior –Bachillerato y Ciclos Superiores de FP–, tampoco consiguen esa graduación. Como si de una pesada losa se tratase, las aspiraciones y el nivel académico de los padres resultan elementos determinantes para sus hijos. De ese modo también se perpetúan las desigualdades sociales. En este contexto, mientras las clases situadas en la parte baja de la estructura social asumen con normalidad y total pasividad la situación, para los estratos superiores representa un drama que un vástago suyo baje uno o varios peldaños en su escalafón social.

La posibilidad de llegar a cursar estudios en la universidad un hijo de trabajadores del campo andaluz es del 4%. Las tasas de graduación universitarias de descendientes de padres trabajadores del sector primario, servicios de baja cualificación o construcción se sitúan entre el 8% y el 17%, cuando la media de España es del 24%. Mientras, la tasa de titulación universitaria de los retoños de padres con profesiones liberales –médicos, ingenieros, abogados, profesores...– abarca del 64% al 83%. Todavía más, ocho de cada diez vástagos de padres profesores de universidad alcanzan la graduación universitaria.

Parece fácil intuir entonces el grupo social mayoritario en ese enorme ejército de jóvenes españoles de entre 18 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Para el informe, claras son las consecuencias prácticas al traducirse el nivel educativo en mejores oportunidades de empleo y mayores salarios. Los titulados universitarios ganan un 51% más que quienes finalizan la segunda etapa de Secundaria y estos superan en un 27% a los que únicamente completan la primera etapa de Secundaria o un nivel inferior.

Otro de los mitos rebatidos por el informe concierne a los profesores de enseñanza no universitaria. Datos similares al del presente año mostraron ediciones anteriores. Frente al tópico imperante, la jornada laboral de los docentes españoles es de 1.425 horas, mientras en los países de la OCDE de media superan las 1.600 y sus colegas de la Unión Europea trabajan más de 1.500 horas al año. También los españoles son de los mejor retribuidos económicamente, por lo menos en el tramo inicial.

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